Revisamos el libro "El galerista. Leo Castelli y su círculo" (Turner) escrito por Annie Cohen-Solal, para encontrar algunos “consejos posibles” que el propio Castelli le habría dado alguien que decidiera emprender una galería.

Entre 1960 y 1980, Leo Castelli se convirti&oacute; en el galerista m&aacute;s importante del mundo. Desde sus establecimientos en Nueva York, construy&oacute; las carreras de algunos de los artistas &mdash;y&nbsp;movimientos&mdash; que marcaron la Historia del arte &mdash;la lista de sus representados incluye a figuras como Willem de Kooning, Robert Rauschenberg, Jasper Johns, Andy Warhol o Eva Hesse&mdash;, a la par, impuls&oacute; la creaci&oacute;n de colecciones que tuvieran la misma calidad de los artistas a los que promov&iacute;a y sent&oacute; las bases que rigen el mercado del arte actualmente. &iquest;En qu&eacute; radic&oacute; su &eacute;xito?

1. Mantente siempre alerta, podr&iacute;as encontrar a un artista que valga la pena en cualquier lugar. Es una de las an&eacute;cdotas m&aacute;s conocidas dentro del mundo del arte. En 1957, Leo Castelli hab&iacute;a visto una exposici&oacute;n en el Museo Jud&iacute;o de Nueva York. Un cuadro lo&nbsp;impresion&oacute;. En las semanas siguientes visit&oacute; al artista Robert Rauschenberg para hablar sobre una posible exposici&oacute;n que le dedicar&iacute;a en&nbsp;su&nbsp;galer&iacute;a, abierta ese mismo a&ntilde;o. Durante el encuentro, Rauschenberg le ofreci&oacute;&nbsp;un whisky y le pregunt&oacute;&nbsp;si lo quer&iacute;a&nbsp;con o sin hielo. &ldquo;Con&rdquo; respondi&oacute;&nbsp;Castelli. &ldquo;Entonces tengo que ir con mi vecino, Jasper Johns, porque &eacute;l tiene el refrigerador que compartimos los dos&rdquo;. Al escuchar ese&nbsp;nombre &mdash;Johns hab&iacute;a sido el autor de la pintura que lo hab&iacute;a impresionado&mdash; le respondi&oacute;: &ldquo;Ha dicho Jasper Johns, en ese caso perm&iacute;tame acompa&ntilde;arlo&rdquo;. Entonces ambos fueron al departamento de Johns y Castelli vio all&iacute;&nbsp;todo el trabajo que el arista hab&iacute;a producido:&nbsp;banderas de Estados Unidos (una de las cuales fue vendida en 36 millones de d&oacute;lares en 2014) o dianas de tiro&nbsp;que le valieron reconocimiento a&ntilde;os despu&eacute;s. Entonces Castelli decidi&oacute; que la exposici&oacute;n por la cual hab&iacute;a visitado a Rauschenberg pod&iacute;a esperar y decidi&oacute; organizarle de inmediato una muestra a Johns. 
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2. Cualquier lugar es un buen lugar para empezar una galer&iacute;a. Hasta que tuvo 50 a&ntilde;os, Leo Castelli disfrutaba de la c&oacute;moda posici&oacute;n de ser esposo de Ileana Schapira, hija de uno de los hombres m&aacute;s ricos de Rumania de principios del siglo&nbsp;XX. Tras la Segunda Guerra Mundial su origen jud&iacute;o lo obliga a huir de Europa (hab&iacute;a vivido en Trieste y en Par&iacute;s) y se establece en Nueva York. All&iacute;, se involucra con intelectuales y artistas, y decide abrir una galer&iacute;a en 1957. Lo hace en su departamento;&nbsp;acondiciona&nbsp;el cuarto de su hija&nbsp; (que por aquellos a&ntilde;os se encuentra fuera de casa, estudiando la universidad) para mostrar ah&iacute; la primera exposici&oacute;n de su galer&iacute;a.

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3. Haz de tus artistas tu principal prioridad. Desde su galer&iacute;a, Castelli hizo grandes esfuerzos porque sus artistas pudiera crear libremente. Alguna vez defini&oacute; su oficio de esta manera: &quot;Mi responsabilidad como galerista es crear mitos&rdquo;.&nbsp;Exist&iacute;an lo mismo pagos para que los creadores pudieran subsistir mientras creaban&nbsp;(un sueldo, sin serlo realmente, porque no era algo fijo ni hab&iacute;a una &ldquo;n&oacute;mina&rdquo;), adem&aacute;s del trabaj&oacute; que el galerista dedic&oacute; para que ellos&nbsp;tuvieran una&nbsp;proyecci&oacute;n m&aacute;s all&aacute; de las cuatro paredes de un estudio. &ldquo;Debo educar al p&uacute;blico estadounidense a apreciar el arte estadounidense&rdquo;, lleg&oacute; a decir. Una de las an&eacute;cdotas m&aacute;s interesantes de su biograf&iacute;a tiene que ver con la Bienal de Venecia de 1964, en ella, la primera en la que particip&oacute; Estados Unidos, el gobierno llev&oacute; aviones militares cargados con la obra de los artistas de Castelli (promotor de movimientos como el arte pop o el minimalismo). Uno de ellos, Robert Rauschenberg, se hizo acreedor al Le&oacute;n de Oro (premio al mejor artista de la muestra). 
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4. Forma relaciones con tanta gente del circuito del arte como puedas. Para la primera exposici&oacute;n de Jasper Johns, en febrero del 57, le pidi&oacute;&nbsp;al historiador Leo Steinberg, experto en la obra de Leonardo y Miguel &Aacute;ngel, que realizara&nbsp;una cr&iacute;tica (algo que colocaba al artista estadounidense, entonces en ciernes, a la par de grandes maestros del Renacimiento). M&aacute;s a&uacute;n,&nbsp;la reconocida revista ArtNews, ilustr&oacute; su portada de ese mes con una obra de Johns. Adem&aacute;s, el director del MoMA, Alfred H. Barr, visit&oacute;&nbsp;la exposici&oacute;n en la galer&iacute;a e hizo algo muy inusual: de inmediato adquiri&oacute;&nbsp;cuatro pinturas para el museo neoyorquino.

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5. &Aacute;brete a nuevos mercados. Si bien Leo Castelli existi&oacute; mucho antes de que lo hicieran plataformas que permiten compartir la obra de los aristas en el mundo &mdash;como Internet, Instagram&mdash; y de las ferias de arte internacionales, supo c&oacute;mo establecerse en nuevos pa&iacute;ses a su propia manera. Convirti&oacute; a sus coleccionistas en marchantes en distintos pa&iacute;ses y se ali&oacute; con otras galer&iacute;as fuera de Nueva York que pudieran dar a conocer a sus artistas con p&uacute;blicos m&aacute;s amplios. Su propia esposa, Ileana Shapiro (que se divorciar&iacute;a de &eacute;l en 1959 y tomar&iacute;a el apellido de su nuevo esposo, Michael Sonnabend), se convirti&oacute; en una de sus socias m&aacute;s importantes, principalmente en Par&iacute;s donde ella se estableci&oacute; y tambi&eacute;n cre&oacute; una galer&iacute;a, Sonnabend Gallery. A Castelli se le atribuye la creaci&oacute;n de las primeras &quot;galer&iacute;as sat&eacute;lite&quot; (galer&iacute;as que se establecen en sedes diferentes a las de su matriz, pero comparten el nombre, la l&iacute;nea&nbsp;y a los artistas que representa)

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6. Preoc&uacute;pate por formar coleccionistas, en la medida de lo posible v&eacute;ndele solo a la gente que realmente aprecia lo que compra. Gracias al reconocimiento que alcanzaron los artistas a los que representaba, vender era una tarea bastante sencilla para Castelli. Son numerosas las an&eacute;cdotas de los coleccionistas que afirman que no le vend&iacute;a a cualquier persona. Una de las m&aacute;s conocidas es la del empresario italiano Giuseppe Panza di Biumo, quien durante meses se esforz&oacute; por tel&eacute;fono para que Castelli le vendiera una obra de Rauschenberg. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron &eacute;xito &ldquo;No tengo un Rauschenberg para venderle&rdquo;, le respond&iacute;a el galerista. Todo termin&oacute; cuando, en una carta, le mand&oacute; una fotograf&iacute;a de su residencia y lo invit&oacute; a pasar unas vacaciones ah&iacute;. Al regresar y conocer el inter&eacute;s genuino de su cliente (fallecido en 2010 y considerado como uno de los m&aacute;s grandes coleccionistas de arte moderno), acept&oacute; empezar a cederle obra de sus artistas. Otras an&eacute;cdotas cuentan c&oacute;mo en la galer&iacute;a de Castelli hab&iacute;a una cadena de terciopelo rojo que resguardaba el acceso a la oficina del marchante y a la que solo unos pocos privilegiados ten&iacute;an acceso y otras hablan de la existencia de una &ldquo;lista de espera&rdquo; controlada por Castelli; ingresar a ella pod&iacute;a significarle a los clientes a&ntilde;os de esfuerzos &mdash;y capacidad econ&oacute;mica&mdash;suficiente para adquirir los trabajos. Uno de elos fue S.I. Newhouse, propietario de la editorial Conde Nast y fallecido el a&ntilde;o pasado. De esta manera Castelli tambi&eacute;n controlaba a qui&eacute;n se le vend&iacute;a.

Consejos para ser galerista, de Leo Castelli

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