El arquitecto detrás de Prada
En octubre pasado, Prada presentó su colección Resort 2018 en un escenario con mucha historia: la mansión Rong Zhai, en Shanghái. Aquella construcción, cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX, destaca en el lujoso distrito Jing’an de la ciudad por su arquitectura típicamente occidental. Esta construcción —de 4,200 metros cuadrados y un jardín de 2,475— también perteneció a un personaje ilustre: Yung Tsoong-King (o Rong Zongjin), uno de los empresarios más destacados de su época (a principios del siglo XX fue conocido como el rey de la harina y del algodón). El paso de los años, y de propietarios, hizo algunos estragos en la casa, los cuales la firma italiana se propuso resarcir bajo un proyecto de restauración (Prada ya ha hecho lo propio en sitios como la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán).
De la mano de la firma de lujo, la mansión Rong Zhai tiene ahora una nueva vocación: la de centro cultural. Un espacio que está abierto —previa cita— a cualquiera que desee conocerla. En entrevista exclusiva, Roberto Baciocchi, arquitecto de cabecera de Prada, nos habla sobre esta iniciativa.
Has dirigido otros proyectos de restauración de la firma italiana, ¿cuáles son los retos cada vez que te involucras en iniciativas como estas?
Lo más importante es identificar el espíritu y la personalidad original del edificio, descubrir todos los elementos de diseño que estaban en ese espacio.
¿Puedes contarnos sobre tu primer encuentro con la mansión Rong Zhai?
Fue un sentimiento muy especial porque, además de tratar de remodelar una construcción histórica, que siempre es algo atractivo, tuvimos que entrar en sintonía con el espíritu de asimilación que la cultura china estableció son una arquitectura extranjera (en este caso, la mansión tiene un diseño típicamente occidental). Poder identificar esta personalidad y expresarla en el proyecto fue un proceso fascinante.
¿Qué anécdotas sobre la mansión fueron las que más te llamaron la atención?
Lo que más me impresionó fue la historia de la familia que vivió en la villa, ellos (los Zongjin) fueron capaces de conseguir logros comerciales importantes, y al mismo tiempo avanzar hacia el establecimiento de compromisos culturales y sociales.
¿Cuál es tu área favorita de la mansión?
Me atrajo mucho la elección y el uso de materiales y colores, combinado con el control de la luz. La yuxtaposición de estos elementos ha producido atmósferas muy especiales que estimulan la imaginación y la fantasía.
¿Cómo concebiste este proyecto de renovación?, ¿qué te propusiste desde un inicio?
El objetivo principal era resaltar el increíble carácter y personalidad de la villa como un todo. De ahí el enfoque tan fuerte que tuvo la investigación, que llevó al perfeccionamiento de todos los procesos originales involucrados en la construcción, y a que empleáramos las mismas fases de construcción que se utilizaron en el siglo XIX y XX.
¿De qué formas crees que el ADN de Prada está presente en el proyecto?
En el aspecto más importante: la constante búsqueda de la calidad.
¿Cómo seleccionaste los materiales que utilizaste en la remodelación?
Utilicé los mismos materiales que fueron encontrados en la construcción original, restaurando y reemplazándolos cuidadosamente cuando habían sufrido daños.
Alguna vez mencionaste en una entrevista que cuando trabajabas con edificios históricos buscabas no dejar huella como arquitecto, ¿cómo está presente esta forma de trabajo en la mansión Rong Zhai?
Es muy sencillo: no quería imponer algo a la filosofía original del diseño, ya que es una expresión fascinante de un periodo histórico (inicios del siglo XX) que es único e irrepetible.
¿Qué ha sido lo que más has disfrutado del resultado final?
La pátina del tiempo ha sido protegida y estimulada, y se equipara con el entusiasmo de sus visitantes: esta ha sido la fuente de mayor satisfacción.
Miuccia Prada ha expresado su gusto por la estética china, ¿cuál es tu punto de vista sobre ella?, ¿qué es lo que la hace única?
Es una estética única por sus miles de años de historia y por la profundidad con la que ha sido capaz de absorber todas las influencias culturales con las que ha establecido contacto.