El artista mexicano presenta la exposición “Ya no, todavía no”, hasta el 18 de octubre.

Tras la exposici&oacute;n dedicada al mexicano &Oacute;scar Hagerman, la galer&iacute;a kurimanzutto apuesta por repetir el ejercicio de presentar una exposici&oacute;n con un artista nuevo&nbsp;para su espacio. En esta ocasi&oacute;n es I&ntilde;aki Bonillas (Ciudad de M&eacute;xico, 1981), quien presenta &ldquo;Ya no, todav&iacute;a no&rdquo;, una muestra&nbsp;de fotograf&iacute;as y videos, en los que el artista trabaj&oacute; durante un a&ntilde;o, y que tienen como hilo conductor el cuestionar la vigencia de t&eacute;cnicas y oficios que poco a poco han sido reemplazados por la tecnolog&iacute;a.

El t&iacute;tulo de la muestra se desprende de una idea de la fil&oacute;sofa alemana Hannah Arendt (1906-1975), como lo cuenta Bonillas: &ldquo;Ella le llama el &lsquo;ya no, todav&iacute;a no&rsquo;, a algo que todav&iacute;a no es de la &eacute;poca que se vive, pero que todav&iacute;a no acaba de&nbsp;desaparecer. Toma a Franz Kafka para ejemplificar la manera en la que los textos del escritor&nbsp;hab&iacute;an llegado al mundo en un momento donde no est&aacute;bamos preparados para entender lo que estaba diciendo. Tuvo que pasar un siglo para que el&nbsp;mundo se equilibrara con lo que hab&iacute;a escrito. Es ese vac&iacute;o al que ella se refiere&rdquo;.

Montadas sobre mamparas, las 25 piezas de la muestra est&aacute;n llenas de referencias a oficios que, en los albores del siglo XXI, resultan anquilosados: copistas, escribanos, fot&oacute;grafos de c&aacute;mara an&aacute;loga. Sobre el montaje, Bonillas dice: &ldquo;No quisimos ocupar las paredes de la galer&iacute;a sino presentar el recorrido&nbsp;como si fuera un laberinto en el que se tienen que sortear obst&aacute;culos. La idea era traer las pr&aacute;cticas marginales, que suelen estar en la periferia, al centro del espacio y tambi&eacute;n reflejar la complejidad que representa hacer una exposici&oacute;n&rdquo;.

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Las ideas de Arendt tambi&eacute;n le sirvieron a Bonillas para reflexionar sobre su propio oficio: &ldquo;Vengo del mundo de la fotograf&iacute;a y quiz&aacute;s soy una de las &uacute;ltimas generaciones a las que le&nbsp;toc&oacute; aprender los procesos anal&oacute;gicos &mdash;cuya muerte ya estaba claramente anunciada&mdash;. (La de fot&oacute;grafo) era una carrera un poco extra&ntilde;a: se trataba de estudiar algo que pronto ser&iacute;a reemplazado por una nueva tecnolog&iacute;a. Me parece&nbsp;que eso tambi&eacute;n era el &lsquo;ya no, todav&iacute;a no&rsquo;: algo que est&aacute; a punto de desaparecer pero que no ha desaparecido del todo&rdquo;.

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Otra de las grandes referencias para la muestra fue el cineasta franc&eacute;s Robert Bresson (1901-1999).&nbsp;A decir de Bonillas: &ldquo;Fue uno de los primeros que comenzaron a hablar de la expresividad &mdash;pero no la de los rostros de los actores&mdash;, sino la de las manos; hablaba de la inteligencia de las manos&rdquo;.

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No resulta extra&ntilde;o que sea esa parte del cuerpo la &nbsp;que est&aacute; representada en varias piezas, una de ellas, Adi&oacute;s fotograf&iacute;a, muestra las de una actriz ejecutando una serie de ocho movimientos que se ten&iacute;an que hacer para tomar una fotograf&iacute;a con&nbsp;una c&aacute;mara an&aacute;loga: &ldquo;Es un adi&oacute;s a la c&aacute;mara &mdash;que no aparece en las im&aacute;genes&mdash; y tambi&eacute;n es un adi&oacute;s a la manera en la que antes se hac&iacute;an las im&aacute;genes&rdquo;, dice Bonillas.

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El tema de unas manos bien entrenadas para hacer un oficio en v&iacute;as de extinci&oacute;n tambi&eacute;n est&aacute; presente en el video Fotocopista donde aparecen las de Jonathan, un fotocopista que trabaja en la Facultad de Filosof&iacute;a y Letras de la UNAM, y quien durante ocho a&ntilde;os gan&oacute; la experiencia suficiente&nbsp;para sacar copias a gran velocidad en su copiadora, hasta que logr&oacute; completar un libro de 430 p&aacute;ginas en cuatro minutos. A Jonathan se le ha dicho que pronto reemplazar&aacute;n su equipo con uno m&aacute;s nuevo que, sin embargo, anula toda la t&eacute;cnica que ha trabajado por a&ntilde;os.

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El recorrido de la galer&iacute;a mexicana tambi&eacute;n es una documentaci&oacute;n: la de las etapas que Bonillas atraves&oacute; para crear El libro de los procesos, una pieza que aparece en un video al final de la exposici&oacute;n. Este libro est&aacute; hecho &ldquo;a la antigua&rdquo;, con tipograf&iacute;as, bordados y un cuidado completamente artesanal. &ldquo;La idea de hacer un libro dio pie a los trabajos que vemos aqu&iacute;, y los trabajos que vemos aqu&iacute; dieron pie al libro, de manera que la exposici&oacute;n es un libro y el libro es una exposici&oacute;n y ambos son un espejo del otro&rdquo;.

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*(Como parte del programa de la exposici&oacute;n, kurimanzutto presentar&aacute; una charla entre el artista y los escritores Hugo Hirirart, Luis Felipe Fabre y Pablo Soler Frost, el s&aacute;bado 13&nbsp;de octubre a las 12 pm. Entrada libre).

&ldquo;Ya no, todav&iacute;a no&rdquo;. Hasta el 18 de octubre. 
Galer&iacute;a kurimanzutto.

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Iñaki Bonillas en kurimanzutto

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