A trav&eacute;s de la fotograf&iacute;a: las voces de sobrevivientes, la memoria y los detritos de la historia en el actual territorio ucraniano.

Hace 36 a&ntilde;os, el peor accidente nuclear en la historia ocurri&oacute; en Pr&iacute;piat, actualmente territorio ucraniano. Hoy, una guerra vuelve a asolar aquel sitio, record&aacute;ndonos que el detrito social es real y que la memoria colectiva debe ser evocada. 
En 1986, la tragedia en el reactor n&uacute;mero 4 envolvi&oacute; en una nube de lluvia radioactiva a la ciudad entera; el gobierno tuvo que evacuar alrededor de 135,000 personas y asesinar a perros y gatos dom&eacute;sticos y en situaci&oacute;n de calle, como a cualquier animal que representara un riesgo para la transmisi&oacute;n radioactiva. Los ciudadanos que dejaron Pr&iacute;piat con la promesa de un pronto retorno a sus hogares, bienes m&aacute;s preciados y mascotas jam&aacute;s lo hicieron. Todo lo contrario, la pesadilla apenas comenzaba. En 2022, <a href="https://www.lofficielmexico.com/arte-y-cultura/proyectos-monclova-presenta-su-nueva-exhibicion-simbiontes" target="_blank" rel="noopener">Proyectos Monclova</a> rescata un fragmento de lo sucedido aquella infausta madrugada, al igual que los d&iacute;as, meses y a&ntilde;os posteriores, gracias al talento del artista mexicano Ra&uacute;l Ortega Ayala, profesor asociado y co-director de la Whiti o Rehua / School of Art de la Universidad de Massey en Aotearoa, Nueva Zelanda.&nbsp;

Por primera vez en M&eacute;xico, Ra&uacute;l presenta The Zone, un proyecto que deriva de m&uacute;ltiples visitas realizadas por el artista a la zona de exclusi&oacute;n de Chern&oacute;bil en un per&iacute;odo de cinco a&ntilde;os. A trav&eacute;s de la exposici&oacute;n The Zone, Chernobyl (2013-2020), el artista nos introduce a las repercusiones ambientales que tuvo el accidente ocurrido en 1986 en la planta de energ&iacute;a nuclear de Chern&oacute;bil, perteneciente a la extinta Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica, as&iacute; como las consecuencias en la vida de sus habitantes. La exhibici&oacute;n incluye un filme titulado The Zone (2013-2020), en el que Ortega Ayala recupera el testimonio de algunos antiguos habitantes de la ciudad de Pr&iacute;piat y sus alrededores que fueron desplazados tras el accidente. A partir de un ejercicio cinematogr&aacute;fico, de corte casi etnogr&aacute;fico, el artista genera una narrativa que retoma la historia de cuatro personas: Alexander Yesaulov, vicealcalde de Pr&iacute;piat en ese entonces; Alexander Sirota, quien era un ni&ntilde;o cuando ocurri&oacute; el accidente; Vladimir Tarasov, un profesor de educaci&oacute;n f&iacute;sica y Natalya Panteleevna, una madre con un hijo peque&ntilde;o.
A trav&eacute;s de la pel&iacute;cula, el artista busca dejar de lado la narrativa oficial, aquella que explica los acontecimientos desde una perspectiva pol&iacute;tica y econ&oacute;mica global, para dar voz a las personas que experimentaron el accidente nuclear y dirigir la conversaci&oacute;n hacia el terreno de lo personal, haciendo un levantamiento de la memoria individual a trav&eacute;s de la historia oral.

La muestra tambi&eacute;n se compone de Field-notes (notas de campo), fotograf&iacute;as tomadas entre&nbsp; 2013 y 2017 en Pr&iacute;piat. En ellas, se aprecian distintos espacios que fueron relevantes en la vida cotidiana de sus habitantes: oficinas gubernamentales, un gimnasio deportivo, salones de un kindergarden y lugares dom&eacute;sticos en estado de abandono. Tambi&eacute;n se perciben edificios y monumentos en decadencia, un parque de diversiones que nunca fue inaugurado, escuelas y librer&iacute;as en desolaci&oacute;n que emergen como restos de una ciudad en ruinas y que, pareciera, solo pueden conocerse a trav&eacute;s de un ejercicio de arqueolog&iacute;a, en el que los objetos y los espacios deshabitados quedan registrados por la c&aacute;mara del artista.&nbsp;
Es as&iacute; como la c&aacute;mara cobra un lugar importante en el trabajo de registro de lugares extintos, o en proceso de extinci&oacute;n, y las fotograf&iacute;as y el video que resultan de sus recorridos contribuyen visualmente a la memoria colectiva.

Desde el inicio del proyecto, Ra&uacute;l Ortega Ayala estableci&oacute; que un porcentaje de los ingresos recaudados por la venta de obra se conceder&iacute;an a fundaciones que trabajan en Chern&oacute;bil. En esta ocasi&oacute;n, el artista ha decidido donar una parte de los ingresos recaudados durante la exposici&oacute;n a los colaboradores del proyecto y a sus respectivas familias, quienes actualmente radican en <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/mas-que-un-vestido-de-novia-un-icono-de-resistencia" target="_blank" rel="noopener">Ucrania</a> o que han sido desplazados por la reciente invasi&oacute;n rusa.
La exhibici&oacute;n se inaugurar&aacute; el d&iacute;a 18 de junio.&nbsp;

Raúl Ortega Ayala presenta The Zone, Chernobyl

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