AROLAB: el poder de la cosmética ecovegana
Originario de Brescia, ciudad italiana ubicada en Lombardía, entre los Alpes y el Valle del Po, Luca Lancini, fundador de AROLAB y arquitecto de profesión, encontró su pasión por el cuidado del medio ambiente desde muy temprana edad. Sin embargo, como él mismo admite, «lo que me ha permitido asentar mi verdadera pasión por la sostenibilidad fue descubrir el principio budista del Esho Funi, el cual trata sobre la unidad del sujeto con su entorno». Guiado por esta filosofía, Lancini emprende un viaje a Barcelona, durante la década de los años 90 y se enamora de la ciudad mediterránea. Ahí surgió AROLAB —acrónimo de AROmaterapia orgánica (ARO) y de LABoratorio (LAB)— hace siete años.
«Mi bienestar y el de los que me rodean era algo prioritario para mí y me hizo entender que también los productos que usaba para cuidar mi piel tenían que ser seguros porque, más allá de los efectos y sensaciones momentáneos que ofrezcan, si los ingredientes son tóxicos, después de ser absorbidos por la piel circulan por todo el organismo y pueden acabar siendo perjudiciales», explica.
Con este planteamiento, Lanici creó un equipo interdisciplinario de expertos para desarrollar una compañía de cosmética sostenible con empaques eco y etiquetados en braille para personas invidentes. Con fitoingredientes ecológicos vivos, formulados en altas concentraciones y elaborados de forma artesanal, AROLAB respeta el ciclo de la naturaleza con productos con un nivel de activos eco-veganos. Para Lancini, la belleza significa «estar en sintonía con tanto uno mismo como con todo lo que nos rodea».