De Luxor a Asuán, navegando las aguas épicas del Nilo, que inspiraron a Agatha Christie. Cinco días y cinco noches a bordo de un viejo bote de vapor para disfrutar lo maravilloso del antiguo Egipto.

Esta es la historia de&nbsp;un r&iacute;o llamado Nilo y un barco llamado Sud&aacute;n. Hace algunas d&eacute;cadas un visionario brit&aacute;nico llamado Thomas Cook llev&oacute; a la aristocracia inglesa a descubrir los sitios arqueol&oacute;gicos del Alto Egipto, abriendo el camino para los viajeros modernos. Junto con &quot;Egipto&quot; y &quot;Arabia&quot;, &quot;Sud&aacute;n&quot; es parte de la nueva flota dise&ntilde;ada por Cook &amp; Son, con sede en Londres, que utiliza la mec&aacute;nica de la &eacute;poca y la antigua sabidur&iacute;a de la n&aacute;utica brit&aacute;nica. Justo a bordo, escuchamos al director Amir saboreando karkad&egrave; en el sal&oacute;n del barco. Conocemos a nuestros compa&ntilde;eros de viaje y nos encontramos con nuestro egipt&oacute;logo, que nos llevar&aacute; a cada puerto. El Valle de los Reyes y Reinas, el templo de Rams&eacute;s III en Medinet Habu y el templo de Edfu.

La cena se sirve a las 8. Un men&uacute; de car&aacute;cter franc&eacute;s y toques africanos a base de arroz, verduras y pescado, acompa&ntilde;ado de la elegancia del pasado. Nuestra caba&ntilde;a lleva el nombre de Gustave Flaubert, quien se inspir&oacute; profundamente en su viaje a Egipto. Estamos en la cubierta de estribor del lado&nbsp;superior de la nave. Es temprano en la ma&ntilde;ana. Desde aqu&iacute; podemos admirar el perfil de la orilla occidental reapareciendo dentro de un cielo&nbsp;en el que prevalece ese rosado opaco y cambiante que encontramos en el desierto justo al otro lado de los campos al noroeste de la ciudad. Algunos barcos decorados de vez en cuando dibujan un nuevo ritmo para las olas. Seg&uacute;n nuestra experiencia, el sol del antiguo Tebe no tiene igual. Es un paisaje que no podr&iacute;amos comparar con Oriente u Occidente. Es el amanecer de Luxor, despu&eacute;s de un d&iacute;a de celebraci&oacute;n. Ese d&iacute;a, cuando el personal del Old Winter Palace, alguna&nbsp;vez la residencia de invierno del rey Farouk, nos recibi&oacute; con una vieja gallard&iacute;a y nos acompa&ntilde;&oacute; en la majestuosa escalera hasta la habitaci&oacute;n 226. Una habitaci&oacute;n &quot;ideal&quot; para quienes, como nosotros, solo salud&eacute; las pir&aacute;mides de Gyza y el tr&aacute;fico de los bulevares de El Cairo, en el m&aacute;ximo calor del verano egeo.

Un espacio fresco y luminoso, con vistas a un jard&iacute;n de palmeras viejas y c&eacute;sped&nbsp;que al anochecer habr&iacute;amos cruzado para encontrar un nuevo refrigerio en la piscina a la sombra. Aqu&iacute; en 1922 el arque&oacute;logo Howard Carter anunci&oacute; el descubrimiento de la tumba de Tutankam&oacute;n. Dif&iacute;cil dejar atr&aacute;s el estilo victoriano, los magn&iacute;ficos tapices originales, la atm&oacute;sfera de anta&ntilde;o, incluso si el programa de la tarde incluye&nbsp;la contemplaci&oacute;n de los Colosos de Memnon y el inmenso Templo de Karnak, el complejo monumental m&aacute;s grande del pa&iacute;s , y al d&iacute;a siguiente, abordar el Sud&aacute;n Steam Ship&nbsp;desde el puerto milenario de Luxor&nbsp;para iniciar la navegaci&oacute;n que nos llevar&iacute;a al sur. Cada pasajero perfecciona sus rituales diarios. Despu&eacute;s del desayuno, nos subimos a la terraza. Los ojos inmersos en la observaci&oacute;n del paisaje se vuelven m&aacute;s intensos a medida que ingresamos al continente. Es un mundo de verde, azul y arena. Pueblos remotos y bah&iacute;as desiertas. Ni&ntilde;os que se sumergen en el agua y nos saludan con euforia. Todas las tardes a las 5, se sirve el t&eacute;&nbsp;acompa&ntilde;ado de postres y dulces de miel. Navegando de noche a Edfu nos encontramos con la presa Esna. Todos estamos en la proa, entre los destellos de un nuevo puerto, para admirar con qu&eacute; habilidad el capit&aacute;n y los amarres conducen el bote m&aacute;s all&aacute; de la esclusa.

Es una noche especial.&nbsp;En la sala, nos espera la proyecci&oacute;n de &quot;Asesinato en el Nilo&quot;, tomada de &quot;Poirot en el Nilo&quot;, que Agatha Christie escribi&oacute; a bordo. Continuando hacia Asu&aacute;n, las costas rurales del valle dan paso a las dunas enrarecidas y las marismas de Nubia, una tierra rica en maderas preciosas y marfil. Para nosotros, Egipto siempre tendr&aacute; el sabor de esta aventura fluvial e incluso hoy, nos sentimos confortados por la imagen de este legendario barco ingl&eacute;s que ha navegado las aguas &eacute;picas de un r&iacute;o inmortal durante casi un siglo. En 2000, dos ejecutivos de Voyageurs du Monde, una agencia especializada en viajes a medida, encontraron el &quot;Steam Ship Sud&aacute;n&quot; en desuso y en seis meses lo devolvieron a su antigua gloria. En 2006, la compa&ntilde;&iacute;a francesa compr&oacute; toda la propiedad, reviviendo la magia de una aventura al estilo de la&nbsp;Belle &Eacute;poque.

Cartas desde el Nilo

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