Las piezas de la casa joyera Federico Buccellati representan la historia de una familia que desde el inicio buscó distinguirse entre los demás. El resultado son joyas únicas con un trabajo artesanal y una dedicación como pocas. 

<a href="https://www.instagram.com/cuauhtemocxin/" target="_blank">Fotograf&iacute;a Cuauht&eacute;moc Garc&iacute;a</a>

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Despu&eacute;s de haber estudiado gemolog&iacute;a en Estados Unidos, Lorenzo Buccellati, tercera generaci&oacute;n del fundador de la casa se uni&oacute; al negocio familiar. Tomando las riendas de una marca con la que hab&iacute;a crecido y que ha llevado a diferentes mercados internacionales, compartiendo la filosof&iacute;a de su abuelo Mario Buccellati.

Para la familia todo empez&oacute; en Mil&aacute;n en 1919, cuando Mario empez&oacute; a crear piezas con un estilo inspirado en el renacimiento italiano, algo que otras casas no hac&iacute;an. Con una libertad para jugar con todos los elementos de la pieza, desde los metales hasta las piedras que seleccionaba, se volvi&oacute; popular entre la gente y en 1926 abri&oacute; su primera tienda en Roma, lugar que ha permanecido como la tienda hist&oacute;rica de la casa. &ldquo;Mi abuelo jugaba como un pintor juega con los colores&rdquo;, asegura su nieto que se encuentra en la Ciudad de M&eacute;xico para presentar las piezas en el Hotel Four Seasons de Reforma.

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La inquietud de compartir su oficio con el resto de Italia, lo llev&oacute; a abrir una tienda en Florencia en 1929. Su crecimiento y popularidad fue tal, que para 1960, despu&eacute;s de la Segunda Guerra Mundial, abri&oacute; una tienda en el hotel St. Regis de Nueva York &ldquo;En ese momento, no hab&iacute;a muchos italianos instalados en la quinta avenida&rdquo;, recuerda Lorenzo. En 1965 su abuelo muere y cuatro de los cinco hijos continuaron con la empresa. Como en todas las familias, hubo diferencias y cada uno ten&iacute;a una visi&oacute;n diferente para el negocio. Parte fue vendida a un grupo internacional y la otra sigue en manos de los Buccellati que quisieron continuar con el legado del fundador.

Collar en oro blanco con hojas gravadas en oro amarillo y diamantes.

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Brazaletes en oro amarillo y blanco con cortes redondos de diamantes y zafiros.

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&ldquo;Todas las piezas. Desde la primera creada por mi abuelo, hasta la &uacute;ltima que se ha hecho, siempre ha sido supervisada por alg&uacute;n miembro de la familia Buccellati, eso es lo que las hace a&uacute;n m&aacute;s personales&rdquo;. Esta idea ha llevado a la familia a especializarse de lleno en el espectro de la Alta Joyer&iacute;a. El estilo del fundador, se ha desarrollado en todas las generaciones. Cada pieza es diferente pero la esencia permanece, son joyas de la familia Buccellati.

Para aquellos que buscan algo especial y un estilo diferente, una joya Buccellati es la opci&oacute;n. Al adquirir una no solo se hace una transacci&oacute;n sino que se crea un conexi&oacute;n la familia. &ldquo;El cliente no entra a una tienda Buccellati solo a comprar, muchas veces la visitan para saludar a su comprador, que se ha vuelto parte de su familia&rdquo;, afirma Lorenzo.

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Al preguntarle por qu&eacute; ha elegido M&eacute;xico como punto de venta, su respuesta es simple, &ldquo;por amistad&rdquo;. La marca est&aacute; en la Ciudad de M&eacute;xico porque a un amigo se le ocurri&oacute; presentar las piezas aqu&iacute;. &ldquo;Entre nuestra lista de clientes, existen muchos mexicanos, por lo que vimos esta oportunidad como una forma de acercarnos m&aacute;s a ellos&rdquo;.

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<a href="https://www.federicobuccellati.eu/" target="_blank">federicobuccellati.eu</a>

La casa italiana Buccellati crea piezas diferentes a lo que has visto

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