En 2016, algunas publicaciones de moda declararon que el escote había muerto. Dos años después de que emitieran una sentencia tan atrevida, la historia y las colecciones más actuales demuestran que los escotes —como la materia y la energía— no se destruyen: solo se transforman. 

De todas las connotaciones que pueden darse a un escote, como las comunes sensualidad y feminidad, poder es quiz&aacute; una de las m&aacute;s efectivas. De hecho, al cierre de esta edici&oacute;n, en Google exist&iacute;an nada menos que siete millones 590 mil resultados aliando a estas dos palabras solo en espa&ntilde;ol. Muchas de las publicaciones que arroja el buscador son consejos para escoger un cierto tipo de escote seg&uacute;n la ocasi&oacute;n en la que se le &quot;necesite&quot;, para quejarse de su efecto cosificador, para defender su efecto liberador o para saber utilizarlo como arma de seducci&oacute;n. Estando ya por terminar la segunda d&eacute;cada del siglo XXI, los escotes, de los que en Occidente se tiene registro desde la Edad de Cobre y la Edad de Bronce en los vestidos de las mujeres de la cultura minoica, son un tema de discusi&oacute;n.

No importa que llevemos miles de a&ntilde;os subiendo o bajando el escote &mdash;antes del siglo XIX estaba bien mostrar &quot;un poco de pez&oacute;n&quot;, pero entrando a la moralista &eacute;poca victoriana las mujeres inglesas tuvieron que cerrarse los botones hasta lo m&aacute;s alto del cuello&mdash; y tampoco parece importar que todos sepamos c&oacute;mo luce un cuerpo femenino desnudo: la irrupci&oacute;n de un escote escandaloso en una velada sigue impactando. Un ejemplo es el famoso escote del vestido verde de Versace con el que Jennifer Lopez sorprendi&oacute; al mundo en la entrega de los premios Grammy en el a&ntilde;o 2000. La abertura superior del vestido de seda con estampado tropical bajaba desde el cuello hasta un par de cent&iacute;metros por debajo del ombligo. Ah&iacute;, un broche verde un&iacute;a los dos lados del vestido, cuya estructura recuerda la de una bata. Por debajo, las piernas de la actriz y cantante quedaban expuestas por completo. Ese vestido es una de las prendas m&aacute;s emblem&aacute;ticas en la carrera creativa de Donatella Versace. Y para la casa que lleva su apellido signific&oacute; un resurgimiento y un descanso: no hab&iacute;a habido, desde el asesinato de su hermano Gianni en julio de 1997, tantas menciones a la firma que la volvieran a relacionar con la moda y la disrupci&oacute;n, y no con el crimen y la tragedia.

El vestido de J.Lo caus&oacute; tanto revuelo que Green Versace Dress Jennifer Lopez&nbsp;se convirti&oacute; en la b&uacute;squeda m&aacute;s popular en la historia de Google, entonces un nov&iacute;simo buscador que, fundado en 1998, estaba cambiando el internet. Por supuesto, al hacer esta b&uacute;squeda, los usuarios no quer&iacute;an encontrar opiniones sobre el vestido: quer&iacute;an ver a Jennifer Lopez us&aacute;ndolo. Lo anterior deriv&oacute; en la creaci&oacute;n de Google Images, un servicio de b&uacute;squeda de im&aacute;genes que hoy se utiliza todos los d&iacute;as, pero que implic&oacute; un importante avance tecnol&oacute;gico que permite que millones de usuarios tengan acceso a las miles de millones de im&aacute;genes que habitan en el universo digital. As&iacute; de relevante puede ser un escote.&nbsp;Como claramente esta pol&eacute;mica abertura de las prendas no es una tendencia muerta, la vemos diversa y orgullosa en las pasarelas.&nbsp;

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Hay quienes prefieren los escotes diagonales. Dion Lee present&oacute; un vestido azul marino con l&iacute;neas que estilizan la silueta ya de por s&iacute; bien definida gracias al escote de un hombro que revela, con elegancia atrevida, un poco de la piel de un pecho. Proenza Schouler enmarca el escote con holanes, Peter Pilotto al&iacute;a las rayas con el escote y Haider Ackermann muestra una visi&oacute;n vanguardista en un vestido rojiblanco donde el escote se &quot;interrumpe&quot;&nbsp;con una especie de tirante transversal que le da un aire futurista.

Isabel Marant tambi&eacute;n descubre solo un hombro, pero en su minivestido negro con puntos blancos lo hace con un corte recto que contrasta con la manga abombada que hay al otro lado. La abertura del cuello es corta y discreta.&nbsp;

De hacer que la prenda sea reveladora se encargan el brazo izquierdo y las piernas. Fendi en su vestido-gabardina azul s&iacute; hace un escote pronunciado al cuello que llega hasta el plexo solar, pero propone el uso de una blusa cuello de tortuga debajo. Jacquemus opta por algo m&aacute;s cl&aacute;sico, un jumpsuit con la parte superior en halter que descubre los hombros y la parte central del pecho.&nbsp;

Loewe y Louis Vuitton tienen un esp&iacute;ritu m&aacute;s boho. Ambas firmas proponen el uso de capas y textiles con est&eacute;tica folk, pero mientras Vuitton elige un escote halter corto, Loewe hace un corte triangular. Saint Laurent presenta el que es quiz&aacute; uno de los mejores ejemplos de la tendencia, ya que al uso del escote suma la influencia de los a&ntilde;os 90, tan en boga &uacute;ltimamente. En su minivestido negro strapless con brillantes aplicaciones en forma de flores, Anthony Vacarello da continuidad al legado roquero de Slimane en la casa, y presenta un escote amplio, bajo y curvo que nos hace dejar en el olvido los escotes como pretexto para la voluptuosidad extrovertida, dando en cambio un efecto de sofisticada androginia que combina a la perfecci&oacute;n con el esp&iacute;ritu de nuestros tiempos.

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