El Kelly de Hermès, la bolsa inseparable de Grace Kelly
Sin lugar a dudas, Grace Kelly fue una de las mujeres con más estilo del Siglo XX. De ascendencia irlandesa y alemana, la actriz era originaria de Philadephia, Estados Unidos. Amada por el público y afamados directores de cine por igual, Kelly siempre estuvo destinada a conquistar el éxito. Desde temprana edad, tuvo una gran inquietud por la interpretación, así que después de haber finalizado sus estudios y con tan solo 18 años, una joven Grace Kelly se aventuró en solitario a la gran Ciudad de Nueva York, para convertirse en toda una estrella.
Con una belleza envidiable, Kelly conseguiría trabajo como modelo y al poco tiempo haría su debut en Broadway. Sin embargo, su primera película en la pantalla grande Catorce horas sería un parteaguas en su carrera. Eventualmente, se convertiría en la ganadora de un Oscar, y musa del director de cintas de misterio, Alfred Hitchcock.
Con un sentido de la moda impecable, Kelly no le temía a los estampados, las siluetas con volumen, los trajes sastre y las mascadas, especialmente las de seda. Pero ninguna prenda ni accesorio llegó a posicionarse como ícono en su historia, como la bolsa Kelly de Hermès. Bautizado en su honor, el origen de este objeto de culto se remonta a la década de los treinta, cuando Robert Dumas, yerno de Émile Hermès, crea una bolsa de mano para mujer. Dumas acabaría diseñando el accesorio más deseado de todos los tiempos, con una forma de trapecio, una solapa recortada, dos fuelles triangulares, un asa y dos correas, revolucionando para siempre el posicionamiento de la firma y anunciando una nueva era del lujo.
Un par de décadas después, Grace Kelly sería fotografiada con la afamada bolsa de mano tratando de ocultar su embarazo, estaba hecho un ícono había nacido. Con el paso de los años, la princesa de Mónaco sería fotografiada con su inseparable accesorio, en un sinfín de ocasiones y, además sería dueña del modelo en diferentes tonalidades como negro, miel y rojo.
El proceso de fabricación de cada bolsa llevaba alrededor de veinte horas de trabajo manual, para ensamblar cuidadosamente cada pieza de cuero. Las puntadas a mano, seguían las técnicas tradicionales que se utilizaban para fabricar las sillas de montar. Diferentes materiales de lujo como la piel de becerro, lagarto y cocodrilo, estaban disponibles para aquellos afortunados que quisieran adquirir la exclusiva bolsa.
Así al pasar de los años, la bolsa se convirtió en todo símbolo de elegancia atemporal, capaz de reinventarse así mismo cada temporada. Su versatilidad ha sido comprobada una y otra vez, con pieles extravagantes y variaciones de tamaño. Actualmente, el universo Kelly se ha extendido con una variedad de accesorios que complementan y elevan cualquier look como la cartera Kelly Pocket, el cinturón y el reloj Kelly. Objetos que delatan que cualquier creación de Hermès es un emblema artesanal.