Es una marca, un emblema de elegancia, un referente de lujo… pero antes fue una mujer. Es a ella a quien este año Karl Lagerfeld le hace un homenaje. 


Nunca acept&oacute; un no por respuesta. Y eso que la vida se empe&ntilde;&oacute; en negarle casi todo.&nbsp;Gabrielle Chanel, cuyas creaciones son hoy el s&iacute;mbolo de opulencia que ella tanto ansiaba, no naci&oacute; en cuna de oro, sino en un cesto de incertidumbre y austeridad. Hija de una familia pobre y tr&aacute;gicamente hu&eacute;rfana de madre a los 11 a&ntilde;os, creci&oacute; en los hogares que la caridad le pudo dar: un hospicio, un monasterio, un convento. Rodeada de gente de condici&oacute;n compartida, pero sola en su incomprendida ambici&oacute;n, demostr&oacute; desde muy joven que para cumplir sus sue&ntilde;os de triunfo y riqueza se bastaba a s&iacute; misma.&nbsp;

As&iacute;, Gabrielle quiso cantar y cant&oacute;, aunque su &eacute;xito no trascendi&oacute; m&aacute;s que en un cabaret de poca monta. Quiso amar y am&oacute;, aunque la criticaran por ser siempre la amante y jam&aacute;s la esposa. Quiso innovar e innov&oacute;, y con sus ideas transform&oacute;, m&aacute;s que la moda, la concesi&oacute;n total de la elegancia en Francia, en Europa, en el mundo.

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Gabrielle fue rebelde y audaz. Desafi&oacute; los c&aacute;nones sociales y se convirti&oacute; en una empresaria exitosa, en una dise&ntilde;ador influyente, en un emblema de la moda y en la prueba viviente de que una mujer es mujer sin necesidad de ser madre sufrida o esposa abnegada. No es de extra&ntilde;ar que actualmente sea un referente feminista, una causa por la que &mdash;hay que decirlo&mdash; ella nunca levant&oacute; una sola pancarta. Si hoy es una inspiraci&oacute;n en nuestra incesante lucha por la igualdad de g&eacute;nero, es porque le demostr&oacute; al mundo que pod&iacute;a luchar por y para s&iacute;, a pesar del machismo, a pesar de las guerras y a pesar de cualquier otro obst&aacute;culo que se le apareciera.&nbsp;

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Inspirado en ese esp&iacute;ritu capaz de hacerle frente a toda adversidad, el dise&ntilde;ador Karl Lagerfeld &mdash;quien este 2017 cumple 33 a&ntilde;os de trabajo en la casa fundada por esta ilustre mujer francesa&mdash; decidi&oacute; honrar no a Coco ni a Chanel, sino a Gabrielle, la presencia oculta, casi olvidada, detr&aacute;s de los nombres que de ella todos conocemos. Lo hace bajo par&aacute;metros aprobados y probados en la pr&aacute;ctica por la misma modista, con l&iacute;neas hermosas y funcionales, con ligereza, practicada y gracia.

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&laquo; Quiso amar y am&oacute;, aunque la criticaran por ser siempre la amante y jam&aacute;s la esposa. Quiso innovar e innov&oacute;, y con sus ideas transform&oacute;, m&aacute;s que la moda, la concesi&oacute;n total de la elegancia en Francia, en Europa, en el mundo &raquo;.

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La bolsa Gabrielle, que fue presentada con la colecci&oacute;n pr&ecirc;t-&agrave;-porter&nbsp;primavera/verano 2017, evoca en su forma a los estuches con correa en los que los hombres suelen llevar los binoculares al hip&oacute;dromo, lo que recuerda los ahora lejanos d&iacute;as en los que Gabrielle acostumbraba asistir a las carreras de caballos usando sus propias creaciones: prendas y accesorios que sorprend&iacute;an a la &eacute;lite por su combinaci&oacute;n de masculinidad y feminidad, de elegancia y fuerza. Gracias a su base r&iacute;gida, el cuerpo flexible del bolso se mantiene &laquo;en pie&raquo; sobre cualquier superficie, es discreto, c&oacute;modo y actual. El material es de primera, piel de becerro envejecida que puede solicitarse en blanco, negro o en tres variedades bicolor, o &mdash;seg&uacute;n las exigencias&mdash; en pieles ex&oacute;ticas como la de pit&oacute;n, que adem&aacute;s de su versi&oacute;n negra y brillante, puede encontrarse en extravagantes tonos de amarillo, rosa, rojo, azul y verde.&nbsp;

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Contiene, en su estructura y dise&ntilde;o, c&oacute;digos distintivos de la casa Chanel: una cadena doble trenzada de piel y metal, la firma de la doble C y un tejido matelass&eacute; que recuerda al cl&aacute;sico efecto capitonado del modelo 2.55. Sobre el lanzamiento de este homenaje, Lagerfeld declar&oacute;: &laquo;Todos la llamaban Coco, pero su nombre real era Gabrielle. Y ese es el nombre perfecto para un bolso que contiene todos los c&oacute;digos de Chanel&raquo;. De manera l&uacute;dica, desfachatada y sin embargo, profundamente respetuosa, Kristen Stewart, Cara Delevingne, Pharrel Williams y Caroline de Maigret se unen a la celebraci&oacute;n de la identidad aut&eacute;ntica de la dise&ntilde;adora que defini&oacute; el rumbo de la moda femenina del siglo xx.

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Fotograf&iacute;a David Franco

Gabrielle

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