Jil Sander: Present Tense
La importancia de Jil Sander en la industria de la moda se debe a su extraordinaria percepción que le permitió anticipar tendencias y cambios en la sociedad. Si la liberación de la mujer en la moda se le atribuye a Coco Chanel por darle prendas que le permitieran moverse y a Yves Saint Laurent por crear un tuxedo ideal para la silueta femenina, habría que incluir a Jil Sander en ese grupo. Sus diseños, un ejemplo de armonía en la proporciones conservando una una elegancia dinámica, abrieron paso a una nueva perspectiva en la industria en la década de los 90. Sander es parte clave de una nueva estética que nuestra generación hoy toma por hecho, pero que en su momento fue una revolución encabezada por la diseñadora alemana, Helmut Lang, Calvin Klein y Donna Karan. Su estética regresaba a lo simple y a lo práctico y forjó una escuela cuya influencia se ve en los diseños de Phoebe Philo, Haider Ackermann o Raf Simons.
Desde sus inicios, su estética tomó la visión de la Bauhaus, incorporó la mejor mano de obra y materiales y se apegó al formato de la producción industrial, creando un estilo contrario a las típicas casas de moda parisinas. “Si vistes Jil Sander”, dijo en alguna ocasión, “no buscas seguir la moda, simplemente eres contemporánea”. Sander es purista. La opulencia para ella se encuentra el corte, en la mano de obra y en material. El exterior siempre permanecerá puro, invitando a la mujer a liberarse de los excesos.
El inicio de la marca es el motivo de la nueva exposición Jil Sander: Present Tense en el Museum Angewandte Kunst en Frankfurt. La propia diseñadora decidió mostrar el origen de su marca combinando elementos como arquitectura, colores, luces, sonidos, videos, obras de arte y fotografías que facilitan al espectador entrar al universo de Sander.
“Mi estética viene de lo que he aprendido y apreciado en mi vida y el espíritu de mi época”. - Jil Sander