Un breve recorrido por la representación queer en el cine desde los años 30 a los 90.

En la d&eacute;cada pasada hemos visto una explotaci&oacute;n de personajxs y temas LGBTTTIQ, con pel&iacute;culas que alcanzan atractivo convencional, como Love, Simon (2018); o pel&iacute;culas que han alcanzado la validaci&oacute;n por la critica y los Oscars como Milk (2008), Moonlight (2016), Call Me by Your Name (2017), etc. Estas son pel&iacute;culas mansas que al mismo tiempo piden perd&oacute;n y permiso para existir. Es un cine complaciente que err&oacute;neamente nos lleva a pensar que la batalla m&aacute;s importante ha sido ganada. Este cine tiene una memoria de corto plazo, y est&aacute; siempre en deuda con el esp&iacute;ritu pionero del nuevo Cine Queer que empez&oacute; hace casi setenta a&ntilde;os, un cine que ve&iacute;a m&aacute;s all&aacute; de las vanidades comerciales hacia nuevos e imaginarios futuros; un cine Queer que se defend&iacute;a y luchaba.

Por Kenneth Anger

Un cortometraje que luch&oacute; legalmente contra protestas y la censura a su estreno, filmado en y los alrededores de Brooklyn, NYC; garages y talleres mec&aacute;nicos reales junto a los hombres j&oacute;venes que los habitan y construyen sus motocicletas.&nbsp;La fetichista mirada de Anger a la vanidad de los hombres que intencionalmente est&aacute;n estilizados con los c&oacute;digos claves del machismo de la &eacute;poca: cierres, broches, cinturones, cadenas, lentes oscuros y cigarrillos; derivados de la amenazadora masculinidad de iconos como James Dean y Marlon Brando. Los hombres en Scorpio Rising est&aacute;n atra&iacute;dos al poder crudo de los s&iacute;mbolos, y lo mismo se puede decir del propio film con su arreglo a las galas y costumbres, con un &eacute;nfasis importante en los uniformes, la ideolog&iacute;a y la camarader&iacute;a. Este cortometraje avant-garde es una innovadora modernista obra de arte f&iacute;lmico, inyectado en la cultura pop de la masculinidad y al mito Americano del Rock and Roll.

SCORPIO RISING,1964

Por James&nbsp;Bidgood

Viviendo en Nueva York en los 60s, trabajando como dise&ntilde;ador de elaborados vestidos y vestuarios teatrales, aficionado de la fotograf&iacute;a er&oacute;tica gay; Bidgood se design&oacute; a fotografiar a sus amigxs y amantes en una exquisitamente construida fantas&iacute;a de atm&oacute;sferas y vestuarios creadas todas en su peque&ntilde;o departamento. Hay una extravaganza underground inundada por las flores, la sexualidad y la extraordinaria belleza masculina. Un filme kitsch y conceptual que explota una id&iacute;lica utop&iacute;a gay que nunca existi&oacute; o que s&oacute;lo existe en el futuro distante, junto al l&iacute;rico erotismo y belleza fant&aacute;stica que evoca como resultado una genuina tristeza por su protagonista, quien por mucho estar bendecido con una apariencia incre&iacute;blemente atractiva y una aparente c&oacute;moda vida, se postula como el ave proverbial en su jaula dorada.

PINK NARCISSUS, 1971

Por John Waters

Presentando&nbsp;su tradici&oacute;n de filmes liosos y chapuceros a Divine, la extravagante drag queen estrella del underground, en el papel que la consagr&oacute; como tal, vestida en una combinaci&oacute;n de vedette, dominatrix y payaso a la vez. Filmada en su ciudad natal, Baltimore, Waters se dispone a tener como blanco principal de sus ataques filmogr&aacute;ficos a la vida suburbana. Pink Flamingos es una transgresiva comedia negra, que se adentra a lo extravagante y extremo, pero mantiene una peculiar e incluso infantil ternura. Este filme le entreg&oacute; a lxs audiencias de clase media en Estados Unidos una sacudida y le don&oacute; su efecto estil&iacute;stico a la cultura punk. Su identidad la ha convertido en un cl&aacute;sico de humor, camp gay y culto; expone muchas ideas a la vez en lugar de centrarse en una sola, no tiene que exhibir una filosof&iacute;a coherente o si quiera estructurada y es constantemente revivida por su especial incoherencia.

PINK FLAMINGOS, 1972

Por Derek Jarman

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Una obra que aviv&oacute; la flama del cine de arte en el activismo LGBTTTIQ y que le dio a Jarman la voz por la que ser&iacute;a conocido en los ochentas: su merecido lugar en la ola del cine queer experimental; indulgente y controversial. Gracias a las concepciones del mundo antiguo en la historia y la cultura popular, San Sebasti&aacute;n se convirti&oacute; desde mucho antes en un &iacute;cono homoer&oacute;tico a trav&eacute;s de la pintura, entonces no es ninguna coincidencia que Jarman elige a este santo para contar su historia. El filme es en realidad un conjunto de recreaciones pict&oacute;ricas cl&aacute;sicas con actores; por ejemplo, un eco a Narciso viendo su propio reflejo en el agua de una alberca. Repleto de deseo homosexual, BDSM y j&oacute;venes nudistas posando en el desierto; Jarman crea a un mundo en el pasado que nutre y acepta las relaciones homosexuales para estos hombres del deseo, y que asimila el grito de los gays de los ochentas.

SEBASTIANE, 1976

Por Tony Scott

A toda generaci&oacute;n le toca el tipo de vampiro que se merece y necesita; los vampiros en The Hunger no son en lo absoluto t&iacute;picos, tienen el sello del estilo ochentero y se mueven en plena luz del d&iacute;a por el mundo de las quaaludes, Iggy Pop, Walkmans y c&aacute;maras Polaroid. Esta pel&iacute;cula no es sobre vampiros en lo absoluto, y es dif&iacute;cil ignorar el significado de la sangre en los ochentas y su correlaci&oacute;n con la infecci&oacute;n y la putrefacci&oacute;n, el efecto de la epidemia del SIDA. Aunado al g&eacute;nero de la explotaci&oacute;n sexual que crec&iacute;a en el cine, le abri&oacute; la puerta a los filmes l&eacute;sbicos de vampiresas, d&aacute;ndole un rol en el cine a una minor&iacute;a raramente representada. Esta es una pel&iacute;cula que experimenta mucho con los motivos de explotaci&oacute;n sexual lleno de contenido er&oacute;tico y desafiando al patriarcado por ese medio. Protagonizada por Susan Sarandon, Catherine Deneuve y David Bowie, quien por s&iacute; mismo era una prominente figura bisexual y que atrae al film esta aura de revoluci&oacute;n sexual. Un filme con una extrema fluidez de genero y en contra de toda norma heterosexual.

THE HUNGER, 1983

Por Donna Deitch

Un rancho ganadero en Reno, Nevada en los 50 es transformado en un lugar m&aacute;gico en el que todo es posible, incluso el tipo de romance l&eacute;sbico feliz que no se hab&iacute;a visto nunca antes en una gran pantalla. Desert Hears es una pel&iacute;cula sobreviviente del temprano cine independiente Norteamericano y del tipo de cine queer e innovador que aun parec&iacute;a puramente hipot&eacute;tico cuando exist&iacute;an muy pocas directoras mujeres y hab&iacute;a el m&iacute;nimo de presencia l&eacute;sbica en los medios. El g&eacute;nero del road film, serv&iacute;a como motor de la aventura y el escapismo para los hombres, mientras a las mujeres en ellos, se les reservaba para el romance manso. De alguna manera Deitch logra juntar ambas teor&iacute;as en un solo filme. Los setentas fueron tiempos emocionantes y prometedores, Desert Hearts revela lo mucho que el temprano movimiento feminista hab&iacute;a hecho por empoderar a las artistas y realizadoras de su generaci&oacute;n.

DESERT HEARTS, 1985

Por Marlon Riggs&nbsp;

Un filme documental que propone un dialogo intra-racial mayormente centrado en exponer la virilidad, y a la vez reafirmando a las mujeres trans, que hist&oacute;ricamente han mostrado su mutua solidaridad con los hombres homosexuales. Tongues Untied directamente confronta las posturas anti-gay dentro del pensamiento nacionalista afroamericano y expone la pregunta binaria de los hombres gay dentro de las complejidades de la masculinidad negra. Con una variedad de m&uacute;sica, danza, poes&iacute;a y oratoria que pone su ojo critico en las representaciones ofensivas del hombre negro homosexual en la cultura popular. &Iacute;ntima, expresionista, l&iacute;rica y confrontativa. Es una conversaci&oacute;n viva entre y por gente negra sobre la sexualidad y el silencio. Llevada por una poderosa conexi&oacute;n con las tradiciones del pensamiento afroamericano y una llamada urgente a mover la experiencia queer negra del silencio al lenguaje de la acci&oacute;n. Hombres negros amando a hombres negros es el acto revolucionario de este filme.

TONGUES UNTIED, 1989

Por Jennie Livingston

Lleno de entretenimiento, profundamente humanitario y fundamentalmente una pieza educacional que a pesar de ser tres d&eacute;cadas vieja, se mantiene tan vibrante y honesta. Un retrato educativo de la comunidad LGBTTTIQ Latina y Afroamericana en Nueva York que detalla la vida callejera los puntos m&aacute;s finos del lenguaje y el sentido sociocultural del drag y de los &lsquo;balls&rsquo;. Captura un momento especifico a finales de los ochentas junto con todos sus excesos, la intervenci&oacute;n de la expresi&oacute;n de genero, sexualidad, espec&iacute;ficamente centrado aquellas minor&iacute;as raciales y sexuales. Los &lsquo;balls&rsquo; son un espacio que le provee a todos sus participantes una noche de alta costura, elegancia, vestidos de noche, tragos de champ&aacute;n y excesos que no ser&iacute;an de otra forma posibles para sus marginados participantes. Es devastador pensar que la mayor&iacute;a de lxs personajes retratados por Livingston, que son muy j&oacute;venes en el filme, fueron el sector m&aacute;s afectado por la crisis del SIDA en los ochenta y los arrebat&oacute; del futuro. Pero por un instante, todos brillaron en glitter por las pasarelas, bailaron y fueron opulentos. Eran due&ntilde;os de todo. Una incendiaria flama que nunca se apagar&aacute;.

PARIS IS BURNING,1990

Por Gus Van Sant

Un grupo de prostitutxs gay callejeros que se re&uacute;nen en parques p&uacute;blicos y en los rincones m&aacute;s oscuros de Portland, Oregon, tierra natal de Van Sant; que duermen bajo carpas en azoteas u hoteles abandonados, todos con historias desgarradoras que contar. Un mundo en donde la sexualidad es menos una caracter&iacute;stica y m&aacute;s una herramienta para sobrevivir. Mike y Scott, los protagonistas pueden no tener sexualidades en el sentido convencional. El sexo es algo que estos personajes intercambian, por ende pierden o nunca tienen una identidad sexual real. Pero existe una b&uacute;squeda insaciable por romances familiares, todos est&aacute;n o buscando escapar de sus familias u organizando nuevas familias. Es una obra maestra porque la esencia queer que deshila es una &eacute;tica, no un objeto. Es un ethos, no una conveniencia. Estos hombres son solitarios, s&iacute;, pero no m&aacute;s solitarios y abandonados que los hombres que los contratan. Van Sant les permite, en su trabajo m&aacute;s an&aacute;rquico y ambicioso, a los j&oacute;venes reales de las calles que inspiran la escena de la pel&iacute;cula la oportunidad de contar sus historias con empat&iacute;a y sin condescendencia.

MY OWN PRIVATE IDAHO, 1991

Por Wong Kar-Wai

Un drama vol&aacute;til con un perpetuo arresto estil&iacute;stico, que inunda a su audiencia con im&aacute;genes vibrantes, que no descansan y que desorientan de momentos. Es un cine hiperestilizado que a&uacute;n hoy sigue empujando los limites de los excesos sensoriales. Una obra postmoderna din&aacute;mica que a&uacute;n tiene el poder de confrontar a la audiencia. Es la historia turbulenta y claustrof&oacute;bica que vivamente encarna el irremediable ambiente hostil creado por una relaci&oacute;n t&oacute;xica entre dos amantes hongkoneses en Argentina, un contexto terrible que se han creado los dos. con su cargas emocionales personales y acumuladas. No hay escapatoria, una irrompible tensi&oacute;n. Es precisa pero al mismo tiempo optimista. Una historia de renovaci&oacute;n y sanci&oacute;n al final de todo, dejar ir lo roto a pesar de lo mucho que han invertido en repararlo. Una historia que habla m&aacute;s de la cruda y compleja representaci&oacute;n de las relaciones amorosas, un privilegio hasta este punto exclusivo de las parejas heterosexuales en la pantalla.

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Un ejercito de amantes no puede equivocarse

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