En la última década del pasado siglo, las modelos dejaron de ser maniquís para convertirse en auténticas estrellas, diosas globales conocidas sólo por nombre de pila: Linda, Naomi, Cindy… Ellas lo cambiaron todo (y después, todo cambió).

En los a&ntilde;os 90, la moda dej&oacute; de ser un arte menor para convertirse en una potente industria, con un presupuesto similar al del showbusiness, con su propia constelaci&oacute;n de estrellas, como aquellas de las que la Metro Goldwyn Mayer presum&iacute;a en los a&ntilde;os 30 en el conocido lema: &laquo;M&aacute;s estrellas que en el cielo&raquo;. En la &uacute;ltima d&eacute;cada del pasado siglo las divas no se llamaban Greta (Garbo), Marlene (Dietrich) o Norma (Shearer), aunque tambi&eacute;n eran conocidas &mdash;como ellas&mdash; por su nombre propio, como se demuestra en uno de los testimonios visuales m&aacute;s potentes de la &eacute;poca, el video Too Funky de George Michael, dirigido por el dise&ntilde;ador Thierry Mugler, que termin&oacute; en batalla campal por la autor&iacute;a en los t&iacute;tulos de cr&eacute;dito; de hecho, el video acaba con una broma privada, algo cruel, del propio cantante: &ldquo;Directed by&hellip; ?&rdquo;. Hoy, ese video se puede ver, en su formato original &mdash;bastante m&aacute;s bizarro que el mainstream presentado en su d&iacute;a&mdash;, en YouTube.

George Michael- Too Funky

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Al ritmo del himno fashion (megagay) de George Michael, las supermodelos desfilan al borde la histeria con creaciones firmadas por Mugler a principios de la d&eacute;cada de los 90, que hoy se siguen llevando en la alfombra roja. Como las estrellas de anta&ntilde;o, son presentadas por su nombre de pila: Linda (Evangelista, la m&aacute;s: top entre tops, la Garbo de las supermodelos), Eva (Herzigov&aacute;), Tyra (Banks), Beverly (Peele), Nadja (Auerman), Emma (Sj&ouml;berg) y Estelle (Hallyday). El video sirvi&oacute; de inspiraci&oacute;n para la pel&iacute;cula Pr&ecirc;t-&agrave;-Porter​, de Robert Altman, que se desarrolla en la Semana de la Moda de Par&iacute;s, que supuestamente era un homenaje, pero en realidad era una cr&iacute;tica feroz y despiadada a todo el circo de la moda compuesto por supermodelos, dise&ntilde;adores (con adiciones), estilistas al borde de la histeria (y m&aacute;s all&aacute;) y una jaur&iacute;a de periodistas&hellip; a la que tambi&eacute;n se podr&iacute;a calificar de otra forma, si sustituimos &laquo;jaur&iacute;a&raquo;&nbsp;por &laquo;piara&raquo;.

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En esa constelaci&oacute;n sideral convocada por el t&aacute;ndem Mugler-Michael no est&aacute;n, como siempre, todas las que son. Faltan muchas otras: Cindy (Crawford, que poco despu&eacute;s se convirti&oacute; en esposa-florero de Richard Gere y que populariz&oacute; el lunar sobre el labio, como una Marilyn de finales de siglo), Claudia (Schiffer, la versi&oacute;n germana de Brigitte Bardot, con un erotismo bastante m&aacute;s g&eacute;lido, que parece que ha hecho un pacto con el diablo: en el desv&aacute;n de su casa, su rostro envejece sobre la portada de una edici&oacute;n vintage de L&rsquo;Officiel circa 1996, mientras ella est&aacute; cada vez m&aacute;s joven y m&aacute;s flaca), Naomi (Campbell, quien ha pasado por mil y una vicisitudes en lo profesional y en lo personal: tel&eacute;fonos arrojados a la cabeza de sus asistentes, intentos de suicidio por una ruptura amorosa &mdash;el tiempo te dio la raz&oacute;n, darling: t&uacute; sigues siendo una diosa, pero hoy&hellip; &iquest;qui&eacute;n se acuerda de Joaqu&iacute;n Cort&eacute;s?&mdash;, diamantes te&ntilde;idos de sangre con posterior redenci&oacute;n gracias a su amistad con Nelson Mandela, servicios a la comunidad; s&iacute;, durante una &eacute;poca Naomi fue como la Lindsay Lohan de las top), Kate (Moss, quien ha ido de la cima a la sima&hellip; y de nuevo a la cima, tras relaciones infernales con Johnny Deep o Pete Doherty, que la convirtieron en carne de tabloide; problemas con el alcohol y las sustancias, que se pueden ver en YouTube; y una carrera en la moda tan coherente como s&oacute;lida: acaba de desfilar para <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/historia-maison-fendi-italia">Fendi</a>, junto a su hija Lila Grace, en la primera colecci&oacute;n de Alta Costura de <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/5-minutos-conocer-kim-jones">Kim Jones</a> al frente de la casa italiana), Elle McPherson (conocida como El Cuerpo, que sigue intacto; no podemos decir lo mismo del resto), Stephanie (Seymour, especialista en amores t&oacute;xicos &mdash;a los 16 a&ntilde;os empieza una relaci&oacute;n con John Casablancas, director de Elite Model Management; despu&eacute;s sali&oacute; con Warren Beatty, Axl Rose y Charlie Sheen&hellip; hola, &iquest;qu&eacute; tal, Stephie, cari&ntilde;o-coraz&oacute;n-tesoro?&mdash;, que hace s&oacute;lo dos a&ntilde;os volvi&oacute; a desfilar para <a href="https://www.lofficielmexico.com/pop-culture/5-minutos-conocer-gianni-versace-biografia">Versace</a> y acaba de pasar por la peor tragedia de su vida: su hijo Harry, modelo, empresario y dandy contempor&aacute;neo, fruto de su matrimonio con el millonario Peter Brandt, acaba de fallecer hace escasos d&iacute;as debido a una &laquo;sobredosis accidental de medicamentos recetados&raquo;, seg&uacute;n un comunicado familiar), Christy (Turlington, que sigue protagonizando portadas y campa&ntilde;as al mismo tiempo que ha desarrollado una carrera como empresaria de moda y belleza, casada desde hace casi dos d&eacute;cadas con el director de cine Edward Burns), Helena (Christensen, que ha saltado al otro lado de la c&aacute;mara y hoy es una prestigiosa fot&oacute;grafa) y Tatjana (Patitz, que con Linda, Naomi, Christy y Cindy protagoniza el otro himno de la &eacute;poca: Freedom, de George Michael; y de la que hoy pocos se acuerdan, a pesar de que tuvo el rostro m&aacute;s bello de la d&eacute;cada).

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Todas ellas encarnan el triunfo de una supermujer, voluptuosa, sensual, segura de s&iacute; misma y sin miedo a nada, que llev&oacute; la industria de la moda a un nuevo nivel: el de una m&aacute;quina de hacer dinero. Y ellas tambi&eacute;n quer&iacute;an su trozo de pastel: &laquo;No me levanto de la cama por menos de diez mil d&oacute;lares&raquo;, lleg&oacute; a decir Linda en el c&eacute;nit de su &eacute;xito. En la siguiente d&eacute;cada, con la irrupci&oacute;n de los fondos de inversi&oacute;n en las casas hist&oacute;ricas y la formaci&oacute;n de los grandes grupos, todo cambi&oacute; y su reinado declin&oacute; en favor de una nueva generaci&oacute;n que se ve&iacute;a reflejada en ellas, pero que carec&iacute;a de su magnetismo&hellip; Pero, bueno, esa es otra historia.

El fenómeno top: el reinado de las supermodelos

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