Celebramos la vida de una de las artistas más influyentes del siglo XX.

Louise Bourgeois naci&oacute; en Par&iacute;s el 25 de diciembre de 1911, en una &eacute;poca sumamente ca&oacute;tica.&nbsp;Su trabajo revelar&iacute;a, en un futuro, la violencia y asperidad que le toco vivir. Los recuerdos de su infancia la atormentar&iacute;an durante toda su vida, siendo presa de&nbsp;un dolor que comenzar&iacute;a antes de su nacimiento, &laquo;entr&eacute; a este mundo disgustando&raquo;&nbsp;dir&iacute;a la artista, su padre no quer&iacute;a a una ni&ntilde;a.

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En una familia de restauradores de tapiz, la artista crec&iacute;a&nbsp;acompa&ntilde;ada de aquel material mutable, aprendiendo a trabajar con &eacute;l desde una temprana edad. En los tapices aparec&iacute;an muchos desnudos, alejando el inter&eacute;s de los clientes de su padre, fue entonces que su trabajo desde ni&ntilde;a ser&iacute;a cubrir a los genitales con flores. A&nbsp;lo largo de su vida, nunca&nbsp;abandonar&iacute;a a las telas como veh&iacute;culo para la creatividad.

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La relaci&oacute;n que la artista ten&iacute;a con su padre empeorar&iacute;a a&uacute;n m&aacute;s despu&eacute;s del amor&iacute;o que este tuvo con Sadie, una joven contratada c&oacute;mo tutora y ni&ntilde;era de sus hijos. Para&nbsp;Bourgeois aquello ser&iacute;a una&nbsp;doble traici&oacute;n.

Acerc&aacute;ndose m&aacute;s al mundo art&iacute;stico&nbsp;a los 18 a&ntilde;os, la artista comenzar&iacute;a&nbsp;a trabajar en el Louvre, acompa&ntilde;ada de&nbsp;hombres&nbsp;heridos durante la primera guerra mundial. Bourgeois nunca olvidar&iacute;a la impresi&oacute;n que causo en ella convivir con tanta gente que ten&iacute;a amputaciones, algo que resultar&iacute;a&nbsp;despu&eacute;s en obras cuya inspiraci&oacute;n ser&iacute;an las piernas.

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Tiempo despu&eacute;s, la artista decidir&iacute;a&nbsp;estudiar geometr&iacute;a en la hist&oacute;rica Universidad de Par&iacute;s,&nbsp;Sorbona. &laquo;Las reglas de la geometr&iacute;a eran todo para mi porque eran un s&iacute;mbolo de estabilidad y previsibilidad, algo con lo que mi padre nunca nos proporcion&oacute;&raquo;, expresaba Bourgeois. Este mismo a&ntilde;o, la madre de la artista se enfermar&iacute;a de la gripa espa&ntilde;ola, una enfermedad que provocar&iacute;a su pronta muerte, orillando a&nbsp;Bourgeois a dejar las matematicas y dedicarse&nbsp;completamente al arte.&nbsp;

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En la d&eacute;cada de los treinta, Louise Bourgeois trabajaba&nbsp;c&oacute;mo asistente del artista Fernand Leger, quien&nbsp;le dijo que deber&iacute;a ser escultora y no pintora.&nbsp;Esto ser&iacute;a el inicio de la pasi&oacute;n por la artista en&nbsp;la tercera dimensi&oacute;n.

Durante este tiempo, Bourgeouis conocer&iacute;a a los artistas surrealistas, con los que frecuentemente es asociada.&nbsp;La creativa&nbsp;viv&iacute;a en el mismo edificio que habitaba a la galer&iacute;a surrealista, pero la relaci&oacute;n que manten&iacute;a con aquellas personalidades era&nbsp;polarizada, &laquo;no hab&iacute;a mujeres entre los surrealistas, las mujeres que eran bienvenidas eran las mujeres ricas, lo cual en realidad es un insulto, no hab&iacute;a espacio para ninguna de nosotras, especialmente para mi, con mi actitud rebelde&raquo;.

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Poco antes de la explosi&oacute;n de la segunda guerra mundial, Bourgeois se cas&oacute; con el artista Robert Goldwater, y juntos se mudaron a Nueva York. Estar lejos de Francia durante la guerra le pesaba a la escultora, ten&iacute;a un profundo sentimiento de culpa y ansiedad al estar separada de su familia.&nbsp;La angustia en la que viv&iacute;a comenzar&iacute;a&nbsp;un patr&oacute;n de pensamiento, que se ver&iacute;a reflejado en su trabajo por el resto de su vida, la reconstrucci&oacute;n del pasado, &laquo;soy prisionera de mis recuerdos, y mi meta es deshacerme de ellos&raquo;. Fue as&iacute; que comenz&oacute; a utilizar el arte para sobrellevar su dolor.

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La artista ve&iacute;a al nuevo continente c&oacute;mo una tierra en donde verdaderamente pod&iacute;a ser libre, separ&aacute;ndose del establecimiento que la limitaba en Europa. Viviendo en Nueva York, encontr&oacute; una fuente de inspiraci&oacute;n en el horizonte plagado de rascacielos, los cuales&nbsp;le transmit&iacute;an un sentimiento de libertad, pero tambi&eacute;n de una soledad errante. Bourgeois sub&iacute;a al techo para trabajar, encontrando un reflejo de la condici&oacute;n humana en los vastos edificios: no se tocaban, estaban solos.

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Durante cinco a&ntilde;os, Bourgeois fue muy activa en la escena art&iacute;stica, llegando incluso a generar cierto reconocimiento.&nbsp;Ella y Robert Goldwater tuvieron tres hijos, y Bourgeois exploraba su nueva identidad c&oacute;mo madre. Todo cambi&oacute; en 1951, con la muerte de su padre, la cual ocasion&oacute; que resurgieran traumas de su ni&ntilde;ez. Sumergida en una gran depresi&oacute;n, la artista luchaba en contra de una variedad de pensamientos que la hac&iacute;an sentir indigna, en conflicto con su identidad como artista y madre, por lo que&nbsp;abandon&oacute; a la industria del arte por una d&eacute;cada entera.

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La artista resurgi&oacute; en los a&ntilde;os sesenta, con una serie de trabajos que exploraban al miedo, y a la sexualidad, integrando el uso de nuevos materiales: m&aacute;rmol, yeso y hule, el cual le permit&iacute;a imitar a la piel humana. Sus obras exploraban &aacute;reas llenas de tab&uacute; de las que nadie antes hab&iacute;a hablado,&nbsp;no tem&iacute;a hablar del cuerpo humano ni sus funciones corporales,&nbsp;de la sexualidad desde el punto de vista de la mujer, ni de las dificultades que vienen con el papel de una madre.&nbsp;El trabajo de Bourgeois, contrastaba con la escena minimalista que dominaba a la industria del arte en Nueva York.

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Al llegar la d&eacute;cada de los setenta, la escultora&nbsp;ten&iacute;a una reputaci&oacute;n en la escena clandestina, pero no hab&iacute;a logrado conquistar al publico convencional. Esto cambiar&iacute;a cuando la curadora Deborah Wye se pusiera a si misma el reto de catalogar sus obras. Llegando al hogar de Bourgeois, se encontr&oacute; con la mayor&iacute;a de su trabajo, no hab&iacute;a vendido casi nada. La artista le prohibi&oacute; tomar fotograf&iacute;as de sus obras, tem&iacute;a que le robaran ideas,&nbsp;obligando a Wye a hacer dibujos de cada uno para poder organizarlos. En 1982, la curadora logr&oacute; su objetivo, organizando la primera exposici&oacute;n retrospectiva del trabajo de Louise en el Museum of Modern Art en Nueva York.

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El mundo estaba alcanzando a la visi&oacute;n de Bourgeois. Deborah Wye expresaba que la artista no hab&iacute;a cambiado en nada, que m&aacute;s bien la gente cambi&oacute; lo que buscaba&nbsp;del arte. La exposici&oacute;n le dio a la artista una nueva seguridad, llev&aacute;ndola a producir obras m&aacute;s ambiciosas. Entre ellas,&nbsp;su famosa escultura Maman (mam&aacute; en franc&eacute;s), un homenaje a su propia madre. Para realizarlo, la artista&nbsp;cre&oacute; una enorme ara&ntilde;a&nbsp;de bronce, acero inoxidable y m&aacute;rmol, que refleja lo formidable que es una madre, su fuerza y fragilidad, su ternura y capacidad depredadora, al igual que su aptitud reparadora. La obra, junto muchas otras, dar&iacute;a la vuelta al mundo.

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El &eacute;xito de la artista seguir&iacute;a en crecimiento. En 1993, Bourgeois represent&oacute; a Estados Unidos en la Bienal de Venecia. Durante su vida, la francesa recibir&iacute;a premios c&oacute;mo el Gran Prix de Escultura del Ministerio Cultural Franc&eacute;s, el Le&oacute;n de Oro de la Bienal de Venecia, y el Premio Arag&oacute;n-Goya, por nombrar algunos.&nbsp;Aquellos relatos tan personales, lograban plasmar los sentimientos m&aacute;s profundos de la artista, que penetran a su vez al expectador.&nbsp;

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Las obras de Louise Bourgeois, de muchas maneras definir&iacute;an el camino del mundo del arte. Sin importar la artitis o insomia que la consum&iacute;a, la art&iacute;sta sigui&oacute; trabajando&nbsp;hasta el final de sus d&iacute;as.&nbsp;Louise Bourgeois falleci&oacute; el 31 de mayo de 2010, a los 98 a&ntilde;os. Hoy en d&iacute;a, es reconocida c&oacute;mo una de las artistas m&aacute;s importantes e influyentes del siglo XX, por su impacto en el&nbsp;mundo art&iacute;stico y, por lo tanto, en&nbsp;la sociedad entera.

5 minutos para conocer a Louise Bourgeois

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