El restaurante representa toda una experiencia gastron&oacute;mica que mezcla la biodiversidad colombiana con el arte contempor&aacute;neo y los acontecimiento socio-pol&iacute;ticos de la regi&oacute;n.

La inh&oacute;spita geograf&iacute;a colombiana puede representar un reto hasta para el m&aacute;s experimentado explorador. Las pronunciadas monta&ntilde;as, los contrastantes climas y los serpenteantes caminos ocasionan que incluso muchos colombianos se limiten a s&oacute;lo conocer una parte de su propio pa&iacute;s. Pero hay una manera de conocer la gran <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/loopzu-la-evolucion-de-la-moda-colombiana" target="_blank" rel="noopener">Colombia</a> sin salir de la Zona G en Bogot&aacute;; y mejor a&uacute;n, conocerla desde sus sabores y tradiciones. Esta es la historia de LEO.

Ubicada sobre la la inclinada 65-bis en la zona gastron&oacute;mica de la ciudad -mejor conocida como Zona G por los locales-; se encuentra una discreta fachada con dos ingresos que se pierden en la textura. Un letrero luminoso con el nombre del restaurante es el &uacute;nico anuncio que se necesita para localizar el lugar.
El comedor se divide en dos salas: Leo y Laura, madre e hija. En la sala de Leo -en la parte inferior del local, la cocina se abre al comedor, donde los comensales se vuelven espectadores del incre&iacute;ble espect&aacute;culo que la creaci&oacute;n de cada platillo representa. La sobria elegancia de la decoraci&oacute;n y una iluminaci&oacute;n digna de un museo se vuelven en el escenario perfecto para el desfile de <a href="https://www.lofficielmexico.com/food/caracol-de-mar-un-tesoro-culinario-escondido-en-la-cdmx" target="_blank" rel="noopener">manjares</a> que est&aacute;s por presenciar.
La sierra nevada, el caribe colombiano y hasta la amazona regional se hacen presentes a trav&eacute;s de los sabores de LEO. Cada platillo cuenta historias de diferentes regiones del pa&iacute;s. El personal amablemente te acompa&ntilde;a en el recorrido, explicando las regiones que representan y sus ingredientes.

Los men&uacute;s son de diferentes tiempos, siendo el m&aacute;ximo el de 13 en la Sala de Leo. Los men&uacute;s pueden ser con y sin maridaje, y el maridaje puede ser con o sin alcohol. Si tienes duda de cu&aacute;l men&uacute; pedir, el consejo es: ve por todo. El de trece tiempos con maridaje de alcohol incluye los <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/dia-del-padre-los-mejores-regalos-johnnie-walker-por-el-lujo-de-tenerte">destilados</a> de la casa, bajo el nombre de Territorio, Laura explora los ingredientes nacionales para la creaci&oacute;n de <a href="https://www.lofficielmexico.com/food/saketini-la-fusion-perfecta-en-dos-recetas">bebidas</a>.
Conforme los tiempos llegan, los emplatados llaman la atenci&oacute;n. La vista es el primer contacto que se tiene con la comida, desde su preparaci&oacute;n hasta su llegada a la mesa. De ah&iacute; se deleita el olfato, se estimula el gusto y el tacto a trav&eacute;s de los sabores y texturas y hasta el o&iacute;do resulta honrado con las atrapantes historias y la m&uacute;sica. Y es que hasta eso marida a la perfecci&oacute;n, Leo se considera mel&oacute;mana, por lo cual no es de extra&ntilde;ar la excelente selecci&oacute;n musical en la que suele dominar jazz latino.
Lo que promete ser una experiencia gastron&oacute;mica inolvidable se convierte r&aacute;pidamente en una especie de exhibici&oacute;n de arte; cosa que no es de extra&ntilde;arnos una vez que conocemos la historia de Leonor Espinosa. Desde peque&ntilde;a su formaci&oacute;n acad&eacute;mica se inici&oacute; en la Escuela de Bellas Artes. Con el paso del tiempo su carrera la llev&oacute; a publicidad pero iniciaba su curiosidad por la gastronom&iacute;a.

Despu&eacute;s de abandonar su trabajo en agencias se aventur&oacute; a abrir un restaurante propio pero no tuvo el &eacute;xito que esperaba. As&iacute; fue como decidi&oacute; regresar a la <a href="https://www.lofficielmexico.com/arte-y-cultura/modigliani-museo-palacio-de-bellas-artes">Escuela de Bellas Artes</a> y comenzar una prol&iacute;fica actividad como artista visual. Su ejercicio creativo la llev&oacute; a entender la contemporaneidad en la cocina, as&iacute; como la contemporaneidad en el arte. Para Leo, la forma de comunicarnos evoluciona y la cocina puede ser una nueva forma que cabe perfectamente dentro de las manifestaciones art&iacute;sticas contempor&aacute;neas.
Ah&iacute; fue cuando se encontr&oacute; en la disyuntiva de decidir continuar con su trabajo en videoarte e instalaci&oacute;n o volver a la cocina. La cocina permite un lenguaje interdisciplinario complejo y amplio, en palabras de la propia Leo. Fue esta concepci&oacute;n propia del arte la que la llev&oacute; de nuevo a la gastronom&iacute;a pero en esta ocasi&oacute;n, desde restaurantes de otras personas. Una vez pasada la curva de aprendizaje en la industria restaurantera, decidi&oacute; aventurarse en la creaci&oacute;n de su propio espacio.

En LEO se realiza una gastronom&iacute;a que entiende la cocina como una expresi&oacute;n m&aacute;s del arte contempor&aacute;neo. Aqu&iacute;, se realiza un trabajo que encaja perfecto en el mercado de lujo a trav&eacute;s de una <a href="https://www.lofficielmexico.com/food/pop-up-gastronomica-we-are-ona-mexico-circulo-mexicano">cocina circular</a>, responsable y sustentable. Parte de este compromiso con la sustentabilidad es el apoyo al primer eslab&oacute;n de producci&oacute;n, hombres y mujeres en regiones vulneradas que pueden mejorar su estilo de vida a partir de la comercializaci&oacute;n de los recursos en sus localidades.
Este compromiso se refleja en FUNLEO Gastronom&iacute;a para el Desarrollo. Esta es una fundaci&oacute;n creada por la propia Leo que busca a trav&eacute;s de la investigaci&oacute;n, observaci&oacute;n y experimentaci&oacute;n de ingredientes y t&eacute;cnicas regionales, apoyar a productores locales y visibilizar a nivel internacional la gastronom&iacute;a colombiana m&aacute;s all&aacute; del clich&eacute;.

Muchos de los productores que colaboran con Leo tienen la oportunidad de transformar sus vidas por medio de la gastronom&iacute;a. Algunos de estos territorios han sido azotados por la violencia y aunque son ricos en recursos naturales, viven en situaciones precarias. En LEO el 85% de los ingredientes vienen de este tipo de territorios.
Un claro ejemplo de estas pr&aacute;cticas en la cocina se encuentra en el sexto tiempo en el men&uacute; de trece. A la mesa llega la Lengua y piel de Piraruc&uacute;, maridado con Viejas Tinajas de Martino, un vino chileno. Este platillo nos transporta al Amazonas, en donde navega el piraruc&uacute; -segundo pez de agua dulce m&aacute;s grande del mundo-. La lengua y la piel son las protagonistas de este plato, aprovechando todo el pez de manera responsable.

La lengua se saltea con mantequilla avellanada y se sirve debajo de la piel cocida en sus propios aceites naturales. Debajo de esto se encuentra una reducci&oacute;n de la cabeza, tu&eacute;tanos y escamas, lo que resulta en una salsa sedosa. <a href="https://www.lofficielmexico.com/food/los-platillos-de-migrante-promueven-una-pesca-responsable">El pescado no s&oacute;lo se emplea de manera responsable</a>, tambi&eacute;n se obtiene. Estos provienen de un zoocriadero ubicado en Caquet&aacute;, asegurando as&iacute; su preservaci&oacute;n evitando la pesca furtiva.
Ciclobioma es el nombre que recibe este viaje gastron&oacute;mico por los territorios de Colombia. Un esfuerzo que inicia en la exploraci&oacute;n de los territorios y el acercamiento con los productores, y llega hasta las mesas de LEO en una de las zonas m&aacute;s efervescentes de la ciudad.

Muestra de la importancia de este ejercicio que aborda la gastronom&iacute;a mezclando la biodiversidad, el arte y lo socio-pol&iacute;tico es su reciente nombramiento como mejor chef femenina por The World's 50 Best Restaurants.
La cocina tradicional colombiana y sus ingredientes m&aacute;s propios se hacen presentes de manera magistral, maridando con bebidas de la regi&oacute;n a la perfecci&oacute;n. Una mancuerna tan id&iacute;lica que s&oacute;lo puede resultar de una relaci&oacute;n madre e hija.

LEO, un desfile interminable de manjares en el corazón de Colombia

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