El curador ha sido nombrado director adjunto de programa en Dia Art Foundation, otorg&aacute;ndole la oportunidad de transformar el mundo del arte en uno m&aacute;s inclusivo.

Un curador es aquella persona que tiene el poder de convertir a una exposici&oacute;n en una experiencia e incitar di&aacute;logos, guiando a la vez el discurso alrededor del arte. Para Humberto Moro curar ha significado la posibilidad de hacer conexiones que parecieran imposibles y concebir la experiencia humana desde un lugar m&aacute;s emp&aacute;tico e igualitario. Desde el 2019, Moro fue subdirector y curador senior del Museo Tamayo, donde ha ayudado a curar exposiciones como Otrxs Mundxs y M&aacute;s all&aacute; de los &aacute;rboles. A la par, es curador en el SCAD Museum of Art, en Savannah, Georgia y ha trabajado en un sin fin de proyectos como lo son Nuevas Propuestas y SAMPLE, secciones en la feria de arte contempor&aacute;neo Zona MACO.&nbsp;
Ahora, Humberto Moro ha sido nombrado director adjunto de programa en Dia Art Foundation. La prestigiosa instituci&oacute;n en Nueva York dedicada a preservar, avanzar y realizar la visi&oacute;n de artistas, le ha otorgado a Moro la confianza para ayudar a forjar el futuro de la fundaci&oacute;n, la cual busca mantener una narrativa m&aacute;s inclusiva y comprensiva. Con una sensibilidad y entendimiento aut&eacute;ntico de la complejidad del contexto contempor&aacute;neo, Humberto Moro ha encontrado en la curaci&oacute;n la posibilidad que tiene el arte para ayudar a crear puentes conectivos y cerrar brechas. Su formaci&oacute;n, originalmente de artista, permiti&eacute;ndole analizar de igual manera el contexto sociocultural desde otra perspectiva en donde el arte, sus creadores y sus obst&aacute;culos son reconocidos de primera mano. En conversaci&oacute;n directa, Humberto Moro nos comparte m&aacute;s acerca de su manera de percibir el vasto mundo del arte.

Humberto Moro en camisa de algodón, BOYFRIEND'S SHIRT. Fotografía por Rodrigo Álvarez con realización de Daniel Zepeda para L'Officiel Mexico.

ANNA ERICKA GALLEGO: &iquest;C&oacute;mo empez&oacute; tu inter&eacute;s por el mundo del arte?
HUMBERTO MORO: Mi historia no es muy distinta a la de otras personas de mi edad, empez&oacute; en la adolescencia a trav&eacute;s de la influencia de cultura popular, la m&uacute;sica, el cine, la literatura, etc., a partir de la influencia de familiares y amigxs con lxs que en los a&ntilde;os noventa compart&iacute;amos el gusto por el movimiento grunge, la cultura queer o por el realismo m&aacute;gico en la literatura Latinoamericana. Haber crecido cerca de los murales de Jos&eacute; Clemente Orozco fue un factor importante, pensar en su escala y en su relaci&oacute;n con la arquitectura y la historia de los lugares en los que existen. Y despu&eacute;s, observar y aprender de una generaci&oacute;n de artistas, curadorxs y coleccionistas en Guadalajara que fueron creando espacios para otras generaciones m&aacute;s j&oacute;venes y generando conversaciones que abrieron muchas posibilidades, entre ellas entender el arte como un camino de vida.&nbsp;&nbsp;
AG: &iquest;Tu formaci&oacute;n originalmente fue de artista, que incit&oacute; tu inter&eacute;s por la curadur&iacute;a?
HM: Estudi&eacute; pintura en la universidad y en ese momento parec&iacute;a un camino l&oacute;gico. Por algunos a&ntilde;os produje mi obra y ten&iacute;a un estudio, pero todo lo que hac&iacute;a estaba te&ntilde;ido por una sensaci&oacute;n de insatisfacci&oacute;n y de vulnerabilidad que me hac&iacute;an sentir perdido. Eventualmente comenc&eacute; a hacer exposiciones con amigos y conocidos en mi estudio de una manera muy precaria e informal, y este lugar con el tiempo se convirti&oacute; en un espacio independiente m&aacute;s sistematizado en un momento en d&oacute;nde en Guadalajara hab&iacute;a muy poca oferta en torno al arte contempor&aacute;neo. Poco a poco ese espacio de exhibici&oacute;n y todas las actividades que generamos alrededor de ellas, fue engullendo mi propia pr&aacute;ctica como artista, hasta el punto en que ese impulso creativo se transform&oacute; por completo en un inter&eacute;s por colaborar con otros artistas m&aacute;s all&aacute; de generar mi propia obra. Lleg&oacute; un momento de realizaci&oacute;n importante en donde decid&iacute; romper con las relaciones que ten&iacute;a acerca de las maneras de crear, y desde ese momento me he dedicado por completo a hacer exhibiciones.

AG: &iquest;Qu&eacute; significa para ti ser curador hoy en d&iacute;a? &iquest;Tienes alguna misi&oacute;n en espec&iacute;fico?
HM: Creo que como en cualquier campo, tener una plataforma para comunicar implica una responsabilidad grande. Y para m&iacute; esa responsabilidad radica en la atenci&oacute;n al pensar en aquello que se comunica, qui&eacute;n lo hace y la manera en que se hace &mdash; al mismo tiempo que pensar en aquello que no se dice. Pienso en la pr&aacute;ctica curatorial desde las ideas de generosidad y cuidado; posibilidad y fertilidad; desde la aceptaci&oacute;n, la positividad y la justicia social y ambiental; desde una temporalidad distinta a la aceleraci&oacute;n en la que estamos inmersos. Pienso en la capacidad del arte y las exhibiciones, y su agencia para conectar cosas que parecen inconexas y para concebir la experiencia humana desde un lugar m&aacute;s emp&aacute;tico e igualitario. Quiz&aacute;s porque mi relaci&oacute;n con el arte es primariamente material, desde el acto creativo (a prop&oacute;sito de tu pregunta sobre mis inicios como artista) mi aproximaci&oacute;n a la curadur&iacute;a est&aacute; muy influenciada por ese origen y muchas de mis preocupaciones como curador, se centran en trabajar al servicio del arte y lxs artistxs, de cuestionar qu&eacute; hace el arte, de poder continuar hablando del arte; al mismo tiempo que pienso en problematizar, desdoblar o concebir desde la colectividad las formas en las que las obras de arte existen en distintos contextos y tiempos. Creo que en un tiempo tan complicado como el tiempo en el que vivimos en donde hay brechas de desigualdad educativas, econ&oacute;micas, raciales, de g&eacute;nero, etc. que parecen cada vez m&aacute;s anchas e infranqueables, la producci&oacute;n art&iacute;stica genera preguntas que pueden sino acortar, desestabilizar estas brechas y generar puentes y puntos de encuentro.
AG: &iquest;Qu&eacute; le aconsejar&iacute;as a alguien que busca entender mejor al arte contempor&aacute;neo?
HM: No se si haya consejos o recetas, solo puedo hablar de mi propia historia. Para mi fue incre&iacute;blemente potente descubrir que hay formas de salir de las narrativas convencionales y encontrar formas de relacionarse con el mundo que no est&aacute;n prescritas. Que nadie tiene el control ni el monopolio en la forma en la que unx puede proyectarse po&eacute;ticamente en los objetos y las situaciones y aprender de ellas. Que es muy dif&iacute;cil reconocer que hay cierta comodidad en la indulgencia y el escepticismo &mdash;pero que una de las formas m&aacute;s generativas y satisfactorias de romper con esto son las conversaciones y la colectividad. Que nunca est&aacute; de m&aacute;s pensar en descartar menos, y abrirse m&aacute;s. Pensar las cosas dos veces, escuchar de manera m&aacute;s profunda, y cuestionarnos todo lo que pensamos que es cierto. Todo esto que quiz&aacute; parecer&iacute;a estar muy lejos del arte, pero esta apertura es sorpresivamente clave para empezar a acercarse a las formas de creaci&oacute;n m&aacute;s radicales y contempor&aacute;neas.&nbsp;

AG: &iquest;C&oacute;mo describir&iacute;as el contexto actual del arte en M&eacute;xico?
HM: Creo que no hay un solo contexto del arte en M&eacute;xico, sino que hay muchos. El arte existe en muchos lugares, y de distintas formas. Hay una multiplicidad de contextos, comunidades, y ambientes. Unos m&aacute;s funcionales que otros, unos m&aacute;s generativos o problem&aacute;ticos que otros, m&aacute;s profesionalizados, otros menos visibles, pero no por eso menos reales. Sin embargo, hay elementos que definitivamente atraviesan horizontalmente varios contextos. Por ejemplo, la efervescencia de los artistas mexicanos ante las miradas internacionales. La tensi&oacute;n entre lo global y lo local, particularmente en las esferas comerciales, es decir: galer&iacute;as, ferias, etc. La herencia y el legado de ese grupo exitoso de artistas mexicanos &laquo;de los 90s&raquo; &mdash;que por momentos parece nocivamente internalizado, hasta en las generaciones m&aacute;s j&oacute;venes. Por un lado, hay una especie de repetici&oacute;n hist&oacute;rica, un retorno casi fantasmag&oacute;rico en d&oacute;nde lxs mexicanxs somos nuestrxs propixs enemigxs; y por otro lado existe una noci&oacute;n de posibilidad, una libertad creativa y una visi&oacute;n extremadamente particular de artistas de todas las edades que justamente provoca todo este inter&eacute;s. Paralelamente existe el tema de la centralizaci&oacute;n y de c&oacute;mo los contextos de las grandes ciudades como la CDMX, Monterrey o Guadalajara permiten otras cosas que las ciudades m&aacute;s peque&ntilde;as no y viceversa&mdash;pero esa conversaci&oacute;n es mucho m&aacute;s amplia que esta respuesta. Una de las realidades m&aacute;s importantes que yo percibo, es que precisamente esta multiplicidad de voces, con tan distintos matices, hace de M&eacute;xico una de las comunidades art&iacute;sticas y ambientes creativos m&aacute;s complejos y relevantes a nivel internacional.
AG: &iquest;Podr&iacute;as compartir cuales han sido tus exposiciones favoritas en las que has trabajado? &iquest;Qu&eacute; las hace especiales?
HM: Las favoritas vienen y van&hellip; cambian con el tiempo. Ahora recuerdo muy entra&ntilde;ablemente una exposici&oacute;n que hice en el SCAD Museum of Art en 2020, con Anna Maria Maiolino, una artista brasile&ntilde;a nacida en Italia, que titulamos Por um fio (Por un hilo). La exposici&oacute;n present&oacute; una lectura de su trabajo con obras en distintos medios como dibujo, impresiones, esculturas, videos y pinturas, que van desde 1972, hasta una comisi&oacute;n hecha para la exhibici&oacute;n en 2020 &mdash; un mural hecho con barro de su serie en proceso Terra Modelada. El t&iacute;tulo de la exposici&oacute;n parte de una obra fotogr&aacute;fica de 1976 que representa a la artista, su madre y su hija literalmente unidas por un hilo, y en ese sentido la exposici&oacute;n destac&oacute; las nociones formales y conceptuales de interconexi&oacute;n con el prop&oacute;sito de enfatizar la humanidad, la empat&iacute;a, la nutrici&oacute;n y la privaci&oacute;n como elementos integrales de su pr&aacute;ctica art&iacute;stica. Anna Mar&iacute;a es una de las artistas m&aacute;s generosas, precisas y especiales con las que he trabajado y fue un honor poder llevar su obra al sur de los Estados Unidos, en donde nunca hab&iacute;a exhibido.

AG: &iquest;Qu&eacute; significa para ti ser el nuevo director adjunto de programa&nbsp;en Dia Art Foundation? &iquest;Qu&eacute; te gustar&iacute;a aportar a la fundaci&oacute;n?
HM: Es un honor y un reto muy importante integrarme a una instituci&oacute;n tan legendaria como Dia. Pienso que las instituciones al final del d&iacute;a son las personas que las componen, y Dia tiene una historia de gestorxs culturales incre&iacute;bles que han formado su camino, as&iacute; como un presente muy s&oacute;lido bajo la direcci&oacute;n de Jessica Morgan &mdash; quien ha hecho un gran trabajo en t&eacute;rminos de problematizar y expandir la historia tan espec&iacute;fica que estudia y preserva Dia. Me emociona mucho poder contribuir con mi trabajo a seguir con esta importante tarea de expandir el canon hist&oacute;rico, y de pensar en temas como el acceso, la diversidad y la representaci&oacute;n en todos los temas que ata&ntilde;en al programa de Dia, en los 11 sitios que resguarda, ante el pr&oacute;ximo 50 aniversario de la instituci&oacute;n. Estoy contento tambi&eacute;n de redirigir mi trabajo hacia un rol de liderazgo institucional, que se cimenta en los a&ntilde;os que he trabajado como curador de exhibiciones, programas y publicaciones. Y por supuesto hay una parte simb&oacute;lica importante, puesto que hay pocas personas latinas, y particularmente mexicanas trabajando en instituciones culturales globales y eso se siente como un logro colectivo.&nbsp;

Una conversación con Humberto Moro

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