El nuevo año trae una tendencia que viene a poner freno al antiestilo que se había adueñado de todos durante el home office. Hay que recuperar el placer de vestirse para trabajar: el rigor no está reñido con el confort.

&laquo;Al principio del confinamiento me preocupaba mucho mi aspecto, pero nadie sale bien en Zoom, as&iacute; que&hellip; &iquest;qu&eacute; m&aacute;s da?&raquo;. Tom Ford, que en 2021 cumplir&aacute; &iexcl;60 a&ntilde;os!, tiene muy claro que la pandemia ha tra&iacute;do un cambio de paradigma, pero hay algo a lo que no est&aacute; dispuesto a someterse: a los pants. &laquo;Las prendas de punto son muy importantes en mi colecci&oacute;n y se han vendido muy bien durante la pandemia, pero es un tejido que no me resulta c&oacute;modo; es demasiado suave para m&iacute;. Me siento m&aacute;s c&oacute;modo con algo m&aacute;s duro. Los pants me hacen sentir vulnerable&raquo;, ha declarado.

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Es cierto: aunque este a&ntilde;o ha sido el de la eclosi&oacute;n del anti-estilo o, lo que es lo mismo, de una nueva etiqueta en el trabajo que permit&iacute;a jugar al veo-veo, &iquest;qu&eacute; ves? (look god&iacute;n de cintura para arriba / look dom&eacute;stico en spandex de cintura para abajo), las tendencias para 2021 anuncian un regreso de cierta est&eacute;tica formal, sin renunciar a la m&aacute;xima comodidad, pero sin abandonarse.

El nuevo protocolo en la oficina (o en ese h&iacute;brido llamado home office) pasa por una propuesta que recupera el pantone de los primeros dosmiles, que vieron nacer una propuesta revolucionaria, el casual Friday, que este a&ntilde;o abarca toda la semana: tonos neutros, cortes rectos y siluetas b&aacute;sicas &mdash;hasta una casa como Gucci ha aligerado sus siluetas y propone looks m&aacute;s simples y confortables&mdash; frente a las telas afelpadas, los su&eacute;teres informes y los pants el&aacute;sticos que, reconozc&aacute;moslo, no sientan bien a nadie.

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&iquest;Volveremos en 2021 a la oficina? Seguramente, s&iacute;. Pero nada ser&aacute; igual. El uniforme de trabajo, tampoco. Los sacos tienen que ser m&aacute;s sencillos y elaborados en tejidos que permitan ser lavados despu&eacute;s de cada puesta, la sensualidad no estar&aacute; re&ntilde;ida con el &aacute;mbito laboral &mdash;tal y como ha decretado Fendi en la &uacute;ltima colecci&oacute;n de Silvia Venturini Fendi; o Saint Laurent, que ha llevado el l&aacute;tex a los looks de trabajo cl&aacute;sicos&mdash; y las bolsas ser&aacute;n de lujo o no ser&aacute;n, gracias a la tendencia surgida tras la primera oleada del covid conocida como &laquo;compra por venganza&raquo;&nbsp;(invertir en accesorios de hiperlujo como la mejor manera de premiarse a uno mismo y aplicar lo &uacute;nico que hemos sacado de este annus horribilis: el carpe diem).

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Ha llegado la hora de afrontar el cambio de look que anticipar&aacute; un cambio de paradigma laboral: el teletrabajo ha llegado para quedarse en f&oacute;rmulas h&iacute;bridas que garanticen lo mejor de ambos mundos, el social y el privado; la industria tendr&aacute; que echar el freno a un sistema que estaba completamente demenciado y hab&iacute;a llegado al l&iacute;mite los lanzamientos y las colecciones c&aacute;psula en f&oacute;rmulas ef&iacute;meras radicalmente opuestas a lo que debe ser el lujo aut&eacute;ntico; la fluidez de g&eacute;neros ya no es tendencia ni novedad, es una filosof&iacute;a adoptada por las nuevas generaciones que quieren decidir qu&eacute; son m&aacute;s all&aacute; de combinaciones binarias cada d&iacute;a de la semana y los desfiles volver&aacute;n a sus or&iacute;genes, a ser una liturgia y no una rave (porque las raves han pasado a la historia).

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Incluso un dise&ntilde;ador, a priori, tan poco dado a lanzar consignas solidarias como Stefano Gabbana se ha rendido a la evidencia y ha declarado que &laquo;gracias al coronavirus la moda ha vuelto a encontrarse con la realidad&raquo;. 2021 ser&aacute; el a&ntilde;o en que la nueva normalidad ceder&aacute; paso a una nueva serenidad. La necesitamos.

El nuevo uniforme de trabajo: comodidad, sí; pants, no

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